Tan sectario eres tú como yo, que yo como tú.- Patricio
Fecha Friday, 20 January 2012
Tema 010. Testimonios


El bien y el mal andan mezclados en todo y en todos: en el justo y en el pecador, en los delincuentes y en la policía, en los padres y en los hijos, en los políticos, autoridades y ciudadanos de a pie, en los jueces, en los fiscales y en los abogados, en Garzón, en sus encausados y en sus acusadores, en la Iglesia y en el Estado, en los curas, en los religiosos y en los laicos, en el opus dei y en el opuslibros, en mí y en el masoca lector que lea esto. “Tan borracho eres tú como yo, que yo como tú, que tú como yo”, dice una copla vasca. Aquí todos, que somos muy buenos, tenemos nuestros pufillos, eso sí, a los que están más arriba les corresponde más responsabilidad que los que están más abajo, pero nadie se libra de manchas, por muy pulcro que sea...



En mi humilde opinión, uno de los rasgos de la madurez de una persona es la toma de conciencia de que la vida es muy complicada (preservando, por supuesto, que la vida merece la pena vivirla). Por eso la niñez es la etapa más feliz de la persona, cuando las preocupaciones serias están a cargo de los padres y uno se preocupa solo de jugar y disfrutar; si acaso a veces se tiene que superar un berrinche, pero no me vayas a comparar los berrinches infantiles con las papeletas que le toca sortear a un adulto. En mi visión infantilista, largamente prolongada, de la realidad influyó mucho mi vinculación con el opus dei, ya que éste conforma para sus vinculados una cosmovisión perfecta, donde todo tiene su valoración y no admite dudas de ningún tipo: está claro, cristalino (como dicen los doblajes del cine americano), todo lo bueno y todo lo malo: para empezar el opus dei es absolutamente bueno, la Iglesia también, por supuesto, aunque ya ahí se reconoce que hay elementos individuales equivocados. Pero quitando esto, sobre todo lo demás pende una sombra de sospecha: ¡ojo!, ¡prudencia!, ¡hay que tener espíritu crítico!, cor meum vigilat.

 

Con el tiempo, a pesar de la convicción de que la obra es perfecta, uno va descubriendo que en su impecable traje hay también hilachas, rozaduras, machillas de mugre. Y uno empieza a caer en la cuenta de que las cosas no son tan sencillas como parecían, pero eso por el momento no quebranta su convicción en que el opus dei es básicamente bueno e incluso lo mejor. Pero cuando la madurez está consumada o casi (independientemente de cuando uno se vaya de la institución), entonces no le cabe ninguna duda de que el opus dei es como todo: tan bueno y tan malo como todo lo demás, y cuando el único bastión del bien se le viene abajo a uno, termina de convencerse de que no hay esfera del universo donde el mal no haga acto de presencia. Se acabaron los idolillos, los oasis, la tierra firme.

Pero, avanzando en este proceso de iluminación, si uno se encuentra con una fuente de información tan plural, bueno, mejor diría, diversa, como opuslibros, entonces la visión que uno se hace del opus dei es cada vez más negativa y si uno ve el opus dei solo desde la perspectiva de esta web, entonces se cae en el polo opuesto del que partió. Y si la concepción de la realidad que nos pintaba el opus dei era falsa, propia de una secta donde todo tiene su explicación y el comportamiento de un miembro está perfectamente definido, ahora hay indicios para juzgar que la visión que en general presenta opuslibros es también sectaria.

 

Si el opus dei es radical en sus postulados, el opuslibros también lo es. En el opus dei no se sale al encuentro de la otra parte: se la prejuzga, no hay búsqueda de diálogo, de puntos de encuentro. Yo personalmente espero el día en que alguien del opus dei, por propia iniciativa, entre en discusión de igual a igual (con la misma altura intelectual y sin los argumentos manidos que ellos utilizan) con algunos de los escritos más de fondo que se publican aquí sobre la estructura jurídica, la espiritualidad supuestamente laical, la prevalencia de lo institucional, etc., escritos que a mi parecer son lo mejor de esta web (sin desmerecer de los testimonios personales de muchos). En opuslibros, por su parte, aun conociendo al dedillo al opus dei, porque de él ha surgido, tampoco se sale al encuentro de la otra parte: se la valora solo desde determinadas praxis viciadas, se presupone que todos ahí son unos infelices, engañados, enfermos, empastillados, no se les supone realmente convencidos…, se les juzga según la propia experiencia, y sobre todo, no se reconoce lo bueno que tenga (porque algo bueno habrá de tener). Las fuentes de información son los recuerdos que se tienen de la propia pertenencia al opus dei, los documentos internos, valiosísimos, sin duda, pero que son letra escrita que no reflejan por entero la realidad de la vida de los miembros del opus dei. No se tienen en cuenta testimonios de gente que no ha tenido experiencias tan traumáticas como otras dentro de esa institución, bien porque no los escriben, bien porque cuando los escriben y no son tan negativos se les critica, se les discrimina o se les ignora.

Yo personalmente, por mis circunstancias espaciotemporales, mantengo contactos con muy pocos miembros, dos en concreto (uno es pariente mío), y la impresión que me dejan es que no están tan zumbados como se les presupone. Tienen sus signos de pertenencia bien reconocibles (modos de hablar, actitudes…), pero no me parecen enajenados. Son gente que mantiene una opción de vida. Viven su vida y son felices…, o creen serlo. Otorguémosles el beneficio de la duda. Y por otro lado conozco también gente que fue también del opus dei y ya no lo es, y que tampoco quieren visitar opuslibros porque lo consideran anegado en segregaciones biliosas, cosa que no es cierta, pero algo de verdad lleva. Y me gustaría que escribieran, porque son gente muy interesante y podrían aportar su visión personal, pero no quieren. Están en su derecho.

 

Hace unos meses empezó a escribir una persona, filósofo (Paulino), que se fue del opus dei, que estuvo en Roma y había conocido al fundador y guardaba un buen recuerdo de él. Hacía un análisis verdaderamente interesante desde la perplejidad de quien admiraba a una persona que había cometido grandes errores. Era una visión distinta, una voz diferente. Se podía disentir de él y de hecho muchos lo criticaron, pero algunos fueron implacables. Y él, hombre sensible, ya con cierta edad, se despidió. Creo que fue una gran pérdida. Y todo porque no se adscribió a los parámetros más aceptados en esta web.

Si hablamos de instituciones, los colegios del opus, por ejemplo, ¿que son de enseñanza diferenciada? Es una opción. ¿Que dan una doctrina cristiana según la enseña el opus dei? Puede no gustarme el enfoque que se le da, pero mucha gente que termina esos colegios y se ha librado de las garras del opus dei por lo menos tiene una formación religiosa más completa que cualquier estudiante de instituto: creo que no eso no es nada malo. Muchos de mis compañeros de promoción (la inmensa mayoría no pertenecen al opus) tienen un recuerdo muy bueno del colegio, no absolutizan ni las misas, ni las meditaciones, ni las tutorías y el opus dei para ellos era algo que estaba ahí pero, quitando los que estuvimos vinculados y dejamos de estarlo, no una presencia traumática y opresora.

 

Quiero decir, si se hace en opuslibros lo que el opus dei hace con los que están al otro lado de la barrera, la Jerarquía, que en definitiva es la que tiene poder de decisión sobre el opus, no se va a tomar en serio esta página. Pienso que hay que admitir que, con todo lo malo que tiene el opus, que es mucho, hay también cosas buenas, como, salvando las distancias, en la Iglesia, donde hay tantos pederastas (¡quién me iba a decir a mí, ingenuo!), pero se hace mucho bien. Siempre se espera que en los medios de comunicación se adopte una actitud hostil respecto al opus dei y cuando esto se limita a diarios ya posicionados como el País, entonces se lanza la especie de que en los demás medios (o en los juzgados, o en las librerías), la mano del opus en muy larga. Yo pienso que la realidad no es tan novelesca.

 

Sencillamente en una sociedad plural se admite que esta institución, como cualquier otra, tiene sus luces y sus sombras, y por tanto no trae cuenta pretender que tribunales, Jerarquía y prensa arremetan contra el opus, como si fuera la bestia negra de nuestro mundo. Muchas veces parece inferirse del tono general de esta página que hay que hacer una enmienda a la totalidad del opus dei. Pienso que la Jerarquía debe controlarla y cambiarla, pero que siga haciendo el bien que hace, sea mucho o poco y que deje de hacer el mal, que no es poco.

 

Si juzgamos que el opus dei es una secta, no nos posicionemos nosotros tampoco como secta. Seamos más caballerosos que ellos. Admitamos que no todo lo que hacen está viciado de raíz, o está determinado por el narcisismo o el espíritu maniático de su fundador.

 

Me imagino que algunos se enfadarán a raíz de este escrito, y están en su pleno derecho. Yo por mi parte pienso que la cantidad y la calidad de los escritos de los últimos meses revelan un cierto cansancio. A lo mejor es hora de buscar un diálogo más tolerante, de admitir que ni somos mejores que ellos, ni ellos mejor que nosotros, que el hecho de saber lo que se cuece dentro del opus dei no nos da derecho a pensar que somos más iluminados que ellos, que tan sectario eres tú como yo, que yo como tú, o sea, que todos somos buenos y malos.

 

Patricio

 

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