Abusos espirituales. Mi experiencia.- APM
Fecha Friday, 30 December 2011
Tema 070. Costumbres y Praxis


ABUSOS ESPIRITUALES. MI EXPERIENCIA

APM, 30 de diciembre de 2011

 

 

 

Es bien sabido que entrar a formar parte del opus siendo un niño deja secuelas difíciles de borrar para siempre. Lo que el niño-adolescente vive siendo del opus dei deja secuelas emocionales a corto y a largo plazo.

El abuso espiritual o violación de la conciencia es sistemático y está garantizado en la praxis del opus dei.

Al menos, así fue en mi caso y en el de cientos que he leído en esta web. Escribo esto con conocimiento de causa, como víctima que fui y como persona que aún sigue luchando cada día por curar las heridas que deja en el alma el abuso espiritual en el opus dei...



Lo que las directoras me decían que era bueno para mí “era manifestación de la voluntad divina”.

“Es lo que Dios te pide, lo que te conviene”, acostumbran a decir.... y no olvidemos de a quien se lo dicen, de que tienen en frente a una niña-adolescente y de que la directora tendrá como mínimo diez años más que la víctima. No olvidemos tampoco de que el niño-adolescente ve como una autoridad a ese monitor/a esa preceptora o a esa persona que lleva su charla.

Se produce una situación idónea para atropellar la conciencia del niño; combinan los factores de autoridad e identificación plena de obediencia -que debe ser incuestionable- con voluntad divina.

“La obediencia debe ser inteligente aunque a veces no se entienda porque no tenemos todos los datos.”

Así, muy poco a poco consiguen -a edades muy tempranas- crear un miedo inconsciente a quedarte solo, a separarte del grupo. Los padres pasan a un segundo lugar porque ya hay otra autoridad a la que obedecer y se va produciendo un progresivo aislamiento social. Se experimentan cambios bruscos en la conducta porque hay que “proteger a vocación” de quien no entiende el espíritu, ese secretismo genera tensión en el adolescente.

La víctima pierde el interés por las cosas propias de su edad porque ya, lo que le interesa, solo tiene que ver con lo que interesa al grupo. En los centros se les da encargos apostólicos y materiales.

Se desarrollan problemas se socialización, reacciones ansioso-depresivas y fracaso escolar.

Soy testigo de haber visto a directoras dando ansiolíticos a adscritas sin que los padres lleguen a enterarse jamás.

Todo lo que describo es un proceso lento pero muy eficaz y explica que, pasados los años, aun siendo ya adultos nos dejáramos manipular hasta que se dan los posibles desenlaces, que están perfectamente explicados en la sección de esta web “Homenaje”.

En mi caso, las flores que recibí fueron estas:

Flores siempre para aquellos a quienes se les convenció, como a los demás, tras una asfixiante labor de proselitismo sectario, de que tenían "vocación". Pero, a diferencia de los que se marcharon voluntariamente, pasado un tiempo -años en muchas ocasiones-,se les dijo que ya no tenían vocación y se les puso en la calle, como si la vocación al Opus Dei -en el caso de que existiera-Dios la diera y la quitara a su antojo.”

“Flores siempre para los ex miembros que se atrevieron a contar lo que vivieron en el Opus y sufrieron por ello persecución, calumnias, injurias e injusticias, tanto en su vida personal como profesional”

Esta introducción me servirá para explicar porqué me dejé maltratar como paso a describir:

Fue brutal el maltrato psicológico que padecí allí dentro. Todo se desencadenó de forma violenta cuando me obligaron a hacer la charla con una persona a la que manifiestamente yo le caía mal.

Ella era del consejo local, muy hábil para conseguir lo que quería, era de las mayores del centro, con autoridad en la delegación. Fue quien me maltrató hasta ponerme enferma y después movió fichas para que me echaran.

Hubo momentos en los que tuve que soportar una presión emocional muy fuerte porque en mi delegación me decían que tenía vocación y -por el contrario- esta persona me presionaba afirmando que no la tenía. Jamás he vuelto a ver tanta crueldad.

Utilizó la dirección espiritual para humillarme, para menospreciarme. No sé cómo lo consiguió pero el consejo local acabó por acusarme de cosas falsas haciéndoselo creer también a mi familia.

Me etiquetaron de falsa, rebelde, desobediente y de falta de fe.

En ocasiones me humillaba cuando no había nadie delante. Me hicieron creer que tenía desajustes emocionales graves cuando, en realidad, lo que sucedía era que se estaba abusando de mí a través de la dirección espiritual. La enferma psíquica era aquella que abusó de mí. Utilizaba la obediencia para que ,incluso, le hiciera parte de su trabajo profesional.

La reacción del entorno que me rodeaba me causó mucho impacto y el apoyo psicológico que recibí fue clave para la recuperación.

No sé porqué esta subdirectora me eligió a mí como víctima pero consiguió que dejara de ser espontánea, poco a poco me fue destruyendo. Ahora pienso que es posible que le moviera la envidia.

Gracias al opus dei perdí mi confianza en la Iglesia católica. Y, me refiero al opus dei, generalizando, porque nadie me escuchó sino que se me acabó difamando en grupo. Si se me permite la expresión, fueron unas cabronas.

Llegaron a tenerme en una tensión continua diciéndome durante meses que tenía vocación. Pasados estos meses, me decían que no y después volvían a decirme que si tenía. Pasaba días sin dormir, tenía temblores, taquicardias y náuseas.

Al final me fui con lo puesto y sin avisar para no volver jamás. Ellas, una mañana, después de la oración en “familia” y de la misa -cuando pasaron varios días- pusieron mis maletas en la puerta porque así lo quería Dios para mí para que un familiar las recogiera.

APM







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