Sobre el correo de Ramón.- Simple-mente
Fecha Friday, 23 December 2011
Tema 900. Sin clasificar


Sin entrar en el debate de la infalibilidad del Papa, me gustaría expresar que estoy de acuerdo con la frase de Ramón:

"a su propuesta: Ven, sígueme. Esas respuestas las tenemos que dar cada uno. Ahí no entra el Papa, no entra tu madre o tu hermano. A eso me refiero: estamos solos ante el misterio del amor supremo."

Estoy de acuerdo en que no podemos responder a la llamada por simple obediencia, sino que tiene que ser una respuesta personal en conciencia; de lo contrario no sería una respuesta amorosa y responsable. Es muy cómodo obedecer sin preguntarse nada, pero es necesario cuestionarse las cosas en conciencia para dar una respuesta auténtica, libre. En mi caso estoy de acuerdo con la doctrina católica, pero no por simple obediencia, sino porque en conciencia así lo siento. Al mismo tiempo comprendo a aquellos que en conciencia no estén de acuerdo con algunas cosas de la doctrina católica.

Si en conciencia no estuviera de acuerdo con algo de la doctrina católica, sería muy cómodo olvidarlo y decir que tengo fe ciega, pero no sería una respuesta personal, auténtica, libre. Sería una respuesta más propia de una máquina que de un ser humano. Por ejemplo si el Papa dijera que San Josemaría es el ejemplo del perfecto cristiano, por mucho respeto y lealtad que tenga al Papa, no podría estar de acuerdo con ello en conciencia, mucho menos después de haber visto los escritos secretos de la obra.

También estoy de acuerdo con la frase de Ramón:

"Una comunidad llena y convence si habla de Dios, y no de sí misma"

Estuve en la última JMJ y debo reconocer que algo me chirriaba. Esas expresiones de orgullo católico, esos gritos y consignas a favor del Papa, a mi me sonaban también a autoafirmación. No estoy seguro de que esas muestras de orgullo poco razonado sean muy católicas, pues están más preocupadas de reafirmar lo propio, que de ir a buscar lo ajeno. No invita al que no tiene fe a acercarse. No se abre amable y humildemente a los que no son católicos. En definitiva, están más preocupados de las ovejas del rebaño que de las ovejas perdidas. A la salida de la JMJ lo único que se escuchaban eran frases de autocomplacencia y muy poca autocrítica. En mi opinión esto ocurre por confundir la religión con la política. Una cosa es la autoafirmación cultural o política de las raíces católicas, y otra son los actos religiosos, en los que ese orgullo debería mantenerse al margen porque, como dice Ramón, para llegar a los demás deberíamos evangelizar, es decir hablar del Evangelio, de Cristo, de la buena nueva, sin orgullo, con humildad, para invitar al que no es cristiano a acercarse.

Vaya por delante que a mí me gusta este Papa, y que en conciencia me siento Católico, pero precisamente por amor al Papa y a la Iglesia, debemos ser autocríticos y no autocomplacientes. A mí me gustaría que en las JMJ se hablara más de Dios, de Cristo, y menos del Papa. Por mucho cariño que le tengamos al Papa, deberíamos reservarlo para nuestra intimidad, y hablar de Cristo que es lo que arrastra.

Entiendo que un buen cristiano se siente humilde, pecador, y es caritativo, comprensivo, compasivo, y es esto y no el orgullo y la autocomplacencia lo que arrastra y atrae a los demás. Es este ejemplo de humildad lo que motiva a los no creyentes a una verdadera conversión.

¡Feliz Navidad!

Un fuerte abrazo,

Simple-mente









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