Camuflaje.- Perladeladriatico
Fecha Friday, 23 December 2011
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


No podría estar más de acuerdo con el escrito del miércoles 21 de simple-mente.

La Obra no intenta convertir almas. Busca cristianos, por lo tanto ya conversos, de familias creyentes pero con un alto nivel social, a los cuales hace confundir y camuflar la propia Obra como si fuera la Iglesia. Como si este fuera el único camino que en la actualidad hay en la Iglesia para salvarse.

Cuando el adepto ya ha sido captado se inicia un proceso de adulación hacia él. Se manipulan sus sentimientos y se les retuercen, de forma que llega a renegar de su propia familia de sangre, si ésta se opone. El adepto continua en el proceso de sectarización sin darse cuenta, hasta pasados muchos años, de la utilización de su mente y tal como describe simple-mente, en muchos casos pierde esta potente fe familiar que tenía en detrimento de un deterioro cognitivo que ha sufrido durante su pertenencia a la Obra. Se pasa entonces al polo opuesto. De estos hechos, bastante tipificados y estandarizados, la Obra deberá dar cuenta, debiendo explicar cómo miles de almas se han perdido y han dejado su mal iniciado proceso de conversión. Las causas que desencadenan estos hechos son relativamente sencillas de comprender si se tiene en cuenta que en la Obra hay una gran carencia de respeto, sinceridad, generosidad, sencillez y humildad.

Y para acabar con una breve y sentida felicitación navideña, dejo estas palabras:

Sencillez es la virtud de las almas grandes y las personas nobles.
Sencillez fue el abandono de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto del Magníficat: "mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porqué ha mirado la humildad de su esclava" (Lc 1,47-48)
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrea la soberbia.
Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que "se despojó de si mismo y tomó la condición de siervo" (Fil 2,6-11).
Creer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.

Señores del Vaticano y más específicamente, señores de Bruno Buozzi 75, aplíquense y vivan estas palabras

Feliz Navidad

Perladeladriatico









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