Hola, Marcus.

He leído tu carta del viernes 9 de diciembre. Nos dices que eres agnóstico y que tienes una opinión negativa de la Iglesia y de grupos como el Opus. También que convives con una ex-numeraria. Cuentas que ella mantiene varios conflictos, con su familia, con su puesto de trabajo y hasta contigo.

Concluyes: “Sin demonizar a nadie, tengo la impresión de que alguna manipulación sigue presente o está siendo ejercida. Honestamente no sé cómo manejar el tema. Habida cuenta de la cantidad de ex-opus que participan de esta web, me gustaría que estas personas me pudiesen dar su opinión sobre el modo de abordar esta situación”...

Marcus, creo que para acertar en el diagnóstico hay que distinguir los síntomas de aquello que los origina. Nos has contado sus conflictos, que serían los síntomas que manifiestan la existencia de un problema. El problema podría ser una tensión psicológica que ella estaría experimentando.

Por una parte, se ha ido a vivir contigo. Pero por otra, esa convivencia, sin estar casada por la Iglesia, es una situación incompatible con su estructura psicológica (educación, formación, creencia, familia, ambiente). La distinta orientación entre sus emociones –por las que vive contigo- y su estructura psicológica –por las que sabe que no está “bien” esa convivencia, puede que le haya generado una tensión interna. Su “ser personal” estaría en crisis.

Pides una solución. Antes quiero ponerte un ejemplo concreto. Hace unos años fui invitado a la boda de unos amigos. Él, de religión musulmana. Ella, profesora de religión católica. El matrimonio fue por la Iglesia. Cada uno se quería de verdad, se respetaban mutuamente, sobre todo en las creencias de cada uno.

Ambos mantienen, desde antes del noviazgo, una radical diversidad de creencias. Pero ella, siendo católica, no intenta “convertir” a su marido. Y él, siendo musulmán, tampoco le impone su religión. Él entendió que para ella era importante casarse por la Iglesia. Y aceptó hacerlo según el rito de la Iglesia católica por amor a ella. Sabía que si no lo hacía así, ella sufriría.

Creo que eso es amar de verdad al otro.

Tú dices que eres agnóstico. Esa es tu “creencia”. Ella, tu pareja, es católica; si fue numeraria entenderás que no era una católica a nivel superficial. Por lo que deberías comprender que en el núcleo íntimo de su personalidad sigue siendo importante su conciencia y su fe. Más bien, que esa conciencia y fe son partes inseparables de su estructura psicológica.

Al querer que ella conviviera contigo, le has “forzado” a que se “convierta” a tu forma de ser. A que cambie su estructura psicológica por la tuya. Es natural que haya tensión, que haya una crisis que se manifiesta en conflictos externos. Lo que tú haces es lo contrario de lo que hizo mi amigo musulmán.

¿Quieres una solución? Te la doy. Si la quieres de verdad, para toda la vida, cásate con ella por la Iglesia, aunque tú no creas. No sigas como ahora, en una situación que objetivamente choca con su estructura psíquica, y que le crea tensiones que no puede resolver. Quien ama, evita todo lo que hace daño al otro. Decídete si la amas para toda la vida, o no. Y actúa según lo que es el verdadero amor.

En cuanto a ella, tiene que poner de su parte para no dañarse. Le aconsejo que se confiese y viva como lo que es: católica. Eso le ayudará.

Daniel_M