Rezar sin pensar.- Simple-mente
Fecha Friday, 02 December 2011
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Hola, Gómez:

No creo que rezar mucho sea falta de fe. La cantidad depende de cada persona y de cada situación vital:

«El Señor conduce a cada persona por los caminos que Él dispone y de la manera que Él quiere. Cada fiel, a su vez, le responde según la determinación de su corazón y las expresiones personales de su oración.» (Catecismo de la Iglesia Católica, punto 2699)

Creo que es mejor rezar poco y bien, que mucho y mal. Pero si alguien es capaz de rezar continuamente, con las debidas disposiciones interiores, me parece admirable. Entiendo que falta de fe es sacrificar la calidad en aras de la cantidad...



Mi reflexión iba orientada a que la espiritualidad de la obra raya en la superstición, porque atribuyen la eficacia de las oraciones a su sola materialidad, sin tener en cuenta las disposiciones interiores. Comercian con las oraciones, rezan y piden oraciones a diestro y siniestro, sin tener en cuenta la disposición del corazón, como si de un tema de cantidad se tratase. Como dijo Cristo, rezan con los labios, y no con el corazón:

«Hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Marcos, 7, 6)

Una prueba de que esto es así, es que después de casi un siglo en el que la institución se ha pasado inculcando a sus miembros un plan de vida muy extenso, no ha valido de nada para que la institución mejore en virtudes cristianas como caridad, compasión, capacidad para pedir perdón, etc. Los frutos cristianos no aparecen a pesar de haber rezado ¿cuántos?, ¿2000 millones de Rosarios? Teniendo en cuenta los resultados, parece que no deben de estar rezando muy bien.

Con estas oraciones automáticas sí han conseguido muchos frutos mundanos: el control mental de sus miembros, dinero, poder, influencia, etc. Pero no han recogido frutos verdaderamente cristianos: compasión, misericordia, perdón, humildad. Si hubieran rezado con el corazón y con la mente, hace tiempo que habrían recogido frutos cristianos, por ejemplo, pedir perdón a las víctimas.

El objetivo de la espiritualidad de la obra es «no pensar», «rendir el juicio», bloquear la capacidad crítica, aniquilar la mente. Y así lo consiguen mediante unos ritos externos, que vacían de contenido, y que conducen a un proceso obsesivo compulsivo que nos aleja de Dios.

Recuerdo que en mi primer retiro de la obra, en la primera noche, me impactó mucho la manera en la que rezaban el Rosario, andando como autómatas en fila india, en círculos. No me pareció que estuvieran en actitud contemplativa, como tú dices, contemplando los Misterios, sino en actitud robótica, recitando mantras como autómatas.

Es posible hacer dos cosas a la vez, pero para poder hacerlo, al menos una de las dos tiene que hacerse de manera automática, por ejemplo, cuando hablamos y conducimos, estamos siendo conscientes de lo que decimos al acompañante, pero estamos conduciendo de manera automática. Si estamos rezando y haciendo la compra, tenemos que rezar de manera automática para ser conscientes de lo que estamos comprando. Es decir estamos diciendo palabras de las que no somos conscientes. A mí me parece que no tiene sentido decir palabras sin ser conscientes de lo que estamos diciendo, aparte de que me parece molesto para la persona con la que estamos hablando. Seguro que sería molesto para nuestros seres queridos que les recitáramos frases muy bonitas, pero de manera automática, porque a la vez estamos haciendo otra actividad, por ejemplo navegando por internet en el móvil.

Dicho de otra forma, no veo el sentido a decir palabras con los labios que no estamos considerando con la mente. En palabras de San Pablo:

«Cantaré salmos con el espíritu, pero también los cantaré con la mente.» (Corintios 14, 15)

«Pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que diez mil en lengua. Hermanos, no seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio.» (Corintios 14, 19)

El único sentido que podemos encontrar a decir palabras con los labios que no estamos considerando con la mente es creer que la propia materialidad de esas palabras, por si mismas, nos dan Gracia. Pero eso sería atribuir un poder mágico a las palabras y por tanto caer en la superstición.

Un fuerte abrazo,

Simple-mente







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