Posiblemente no hay que rezar tanto.- Gomez
Fecha Wednesday, 30 November 2011
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Hola, Simple Mente:

Yo también tenía escrúpulos respecto a mis distracciones al rezar, pero mucho antes del Opus Dei. Estudié en un colegio de religiosos y aprendí y practiqué todas sus enseñanzas, rosario, ángelus, jaculatorias, mortificaciones, ramilletes espirituales, confesión cada primer jueves y misa y comunión cada primer viernes... Cada día a las nueve de la mañana o nueve menos cuarto, no recuerdo, rezábamos el rosario. Pero, mira, la "gracia" del rosario, que santo Domingo de Guzmán tomó de los musulmanes, es que mientras se rezan las cincuenta avemarías uno debe estar distraído. ¡Sí! Esa es la idea. Uno va rezando, pero cada diez avemarías piensa en un misterio de la vida de Jesús, diez avemarías para pensar en la resurrección, otras diez para pensar en la ascensión y así sucesivamente. Por eso en el enunciado se dice "los misterios que vamos a contemplar en esta parte del rosario son los gloriosos...", porque de eso se trata, de distraerse o contemplar la resurrección durante el tiempo que tarda el rezo de diez avemarías. No hay que concentrarse en las frases del avemaría.

En mi casa éramos muy religiosos, imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en la pared, escapulario de la Virgen del Carmen, Novena de Aguinaldos, pesebre con lama y quiches, visita a nueve iglesias entre la noche del jueves santo y la mañana de viernes, bendecir la mesa... Además, a finales de la década del sesenta vino el padre Peyton con su Cruzada del Rosario en Familia, con el lema "familia que reza unida permanece unida", y en 1968 vino por primera vez en la historia un papa a Colombia y nos preparamos muy bien para eso. Además, la vida giraba muy en torno a la parroquia, y la parroquia era dedicada a la Virgen. Y más, el colegio era deciado a la Virgen y dirigido por hermanos (religiosos) dedicados a la Virgen. Y más, los sábados teníamos clase de Catecismo de la Virgen. Así que cuando llegué a la Obra ya sabía y practicaba muchas cosas sobre la devoción a la Virgen. En realidad, ¡todo!

Ahora bien, yo también, con el paso de los años y ya fuera de la Obra, me di cuenta de que rezar mucho era falta de fe. Si uno cree en Dios y cree que Dios lo va a ayudar a salir adelante o a sacar adelante una situación concreta, basta pedírselo un par de veces, que ya es insistir, y no estar dándole cantaleta, rece que rece. Finalmente, cuando los apóstoles le pideron al Señor que los enseñara a orar, Jesús les enseñó el padrenuestro. Quizá baste rezar un padrenuestro al día y ya. Posiblemente no hay que rezar tanto, que uno termine dedicándole dos horas a los rezos del día.

Un abrazo,

Gómez









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