ENCANTAMIENTOS
Vega, 23 de noviembre de 2011
El otro día, viendo una serie policiaca en la tele, en la que andaban buscando a un estafador profesional cuyo modus operandi era ser encantador, inspirar confianza, mostrarse cariñoso... con sus víctimas, generalmente mujeres, para luego estafarles sus ahorros (cuando no destrozarles la vida), el policía listo dice en un momento dado con voz solemne y ademán profesoral (los guionistas lo habrán sacado de algún texto de psiquiatría o psicología): Eso es lo que los psicólogos llaman "la tríada oscura", tres características que suelen ir asociadas: narcisismo, manipulación, psicopatía...
Y entonces me encontré pensando que esas características cuadraban perfectamente con todo lo que se sabe del fundador del Opus Dei, también en sus resultados (una vida de manipulación y mitomanía, una enorme cantidad de dinero y poder, un montón de vidas destrozadas) y en sus grietas, cuando la máscara se cae un poco -tremendos berrinches por llevarle la contraria en cualquier cosa, una megalomanía impresionante...-
Comento esto a la vista de los esfuerzos de Paulino por encontrarle santidad y buenas intenciones al fundador, ya que a él no le cabe en la cabeza que la persona que le encantó -el doble sentido de la palabra no es casual- sea simplemente un estafador psicópata con un éxito extraordinario. Alguno tiene que estar en el top de la estafa, y los fundadores de sectas con éxito internacional están a la altura de Bernie Madoff. O más, porque este acabó en la cárcel.
Como también se comentaba en el episodio, las víctimas tienden a defender al estafador, tanto por su encanto como porque es muy duro admitir que a uno simplemente le estafaron y le robaron sus ahorros y hasta parte de su vida.
Alguien de la "tríada oscura" tiene una gran capacidad para ver los puntos de palanca de los demás, dónde están las motivaciones que puede manipular: en este caso, el ansia de perfección y santidad, la gran capacidad de abnegación por una gran causa... eso debería servir de consuelo, el haber sido una captura codiciada para el Opus por las buenas cualidades. Pero sinceramente, engañarse respecto a la sustancia del asunto, no creo que lleve a ningún buen sitio, porque aceptar la verdad es lo que nos hará libres, no el autoengaño.
La psicopatía consiste esencialmente en la incapacidad para la empatía, para sentir y sufrir por el sufrimiento ajeno, para identificarse con la humanidad de los demás: ¿no es esto, en resumen, lo que cuentan todos los testimonios de esta web como una característica institucional acusada, reflejo del fundador? Esto significa la absoluta falta de respeto por lo sagrado que hay en las demás personas, por su integridad, por su yo. Para el psicópata solo hay una persona sagrada: éĺ mismo. Los demás son herramientas, que se utilizan y se desechan cuando el mal trato las ha roto. Esa falta de respeto radical es en definitiva lo que resume el relato de la continua violación de la conciencia y la integridad que casi inunda últimamente Opuslibros.
En cuanto a la dificultad teológica de la canonización, yo no la veo por ninguna parte. No hay más que pensar que la mayoría de los santos del santoral católico no fueron canonizados por ningún proceso formal y con garantías (eso es bastante reciente) sino vox populi, o por razones propagandísticas de varios tipos (Juana de Arco fue quemada por la Iglesia universal y canonizada por la misma Iglesia universal, solo que la primera vez hacía propaganda bélica por los ingleses y la segunda por los franceses), o por vete a saber qué. Incluso algunos han sido eliminados formalmente del santoral, como santos legendarios o espureos, trasunto de dioses precristianos (como el popular San Cristóbal). Así que la cosa, sinceramente, no es para tanto. El Papa no pone su infalibilidad en ello, y demuestra con ello elogiable prudencia.
Gracias Agustina, por tu valor, paciencia y constancia. De nuevo.
Vega
