Más sobre tratamientos psicológicos.- Tita
Fecha Thursday, 10 June 2004
Tema 010. Testimonios


MÁS SOBRE TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS

Querida Ángeles, que nos escribiste el 8 de junio, tan preocupada:

Querría darte un poco de esperanza contándote mi propio caso. Fui numeraria durante 24 años, desde los 15 a los 39. Aunque hubo también momentos buenos, el balance de mi vida en la Obra es de mucho sufrimiento. Pronto vi que no era fácil conciliar mi vocación universitaria con mi vida en la Obra, aunque presenté mis objetivos profesionales desde el primer momento como muy importantes para mí y, de hecho, la posibilidad de santificar ese trabajo fue mi anzuelo, ya que al principio se me dijo que ese era también el deseo de la Obra y parecía ser la materia de contrato que de algún modo firmé con ellos -actuamente soy profesora de Universidad en una Facultad de Letras-. Pero a medida que los años pasaban mi dedicación profesional se empezó a considerar tiempo, dinero y atención que restaba a mis deberes apostólicos y nadar entre dos aguas me exigía un esfuerzo enorme. Eso sin contar con las dificultades de conseguir permisos de lecturas -indispensables para mí-, otros para asistir a Congresos, para tener un lugar donde trabajar con cierta tranquilidad, etc., etc., etc. Todo ello se vio siempre como peticiones excesivas por mi parte, carácter difícil, "profesionalitis", tendencia crítica, etc. y -claro- acabé según ellas teniendo "muy mala prensa" como en mi único escrito anterior os contaba y necesitando, también según ellas, atencion médica.

Como mi caso no debió parecerles tan grave como otros, después de breves visitas a algún psiquiatra -de la Obra, desde luego- decidieron que lo mejor era que me tratase un especialista en pulmón y corazón de un Hospital Universitario, al parecer muy entendido también en problemas relacionados con el estrés -ya que creían que era lo que me pasaba-. Efectivamente allí fui, siempre acompañada. He de decir que era un profesional con sentido común y que no me empastilló a tope, aunque sí que me puso tratamiento durante quince años de mi vida. Allí vi que no era posible pagar esas consultas cuando tenían lugar porque, según me dijeron cuando pregunté, se le pagaba por mi caso y por otros "desde la delegación", y a buen/a entendedor/a pocas palabras bastan.

Cuando dejé la Obra hace unos pocos años, fui quitando de forma progresiva las pastillas -aunque me he quedado con una como recuerdo-. Por todo lo demás hago una vida perfectamente normal. Después de pasados los sustos de primera hora de empezar desde cero en muchos sentidos y con ese dolor de la soledad de la segunda época -porque la primera estaba tan contenta que ni la notaba-, hoy estoy casada, vino en una antigua casa de 1.200 m2 en el campo, sí, sí, 1,200 m2, que hemos comprado hace dos años, en la que podemos hacer una fiesta cuando queráis, y me las apaño bien con ella. No han nacido niños -parece que llegamos tarde- pero nuestra vida es muy activa entre idas y venidas a la Universidad, recibir a amigos que hemos ido haciendo y dedicar tiempo y soledad al trabajo intelectual. Para nada he perdido la fe en Dios, como dicen ahora.

Y la verdad, soy muy feliz. Ángeles, se sale de todo y se sale bien. Eso sí, todavía tengo pesadillas en las que soy numeraria a la que agobian, pero espero que algún día desaparezcan.

Los orejas tienen vía libre para darte mis datos si eso te puede ayudar. Te mando un abrazo a ti y a todos con los que tan buenos ratos paso casi cada día al darme cuenta de que nuestras experiencias son calcadas. El tiempo es el que da la distancia y el que podamos sonreír al leernos.

Date tiempo

Tita







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