PETER ERDO.- Uguccione da Pisa
Fecha Monday, 14 November 2011
Tema 010. Testimonios


                Conocí  a Peter en Roma, en el curso académico 1984/1985. Nos presentó un colega y amigo común, especialista en historia medieval, que entonces se desempeñaba como Profesor de Historia del Derecho Canónico y que se había hecho amigo de Peter en un congreso de historia medieval en algún lugar de Europa, creo que en Londres. Nos hicimos amigos, pues teníamos muchas cosas e intereses en común, y compartimos en los años siguientes muchas conversaciones, algún paseo por Roma o los alrededores en algún fin de semana, etc. y más adelante en algún que otro proyecto profesional en relación con nuestra tarea de docencia universitaria e investigación., del que sólo cristalizó uno. El entonces era el Rector del Colegio Húngaro en Roma, que funcionaba en el mismo edificio de la Embajada de Hungría, en pleno caso histórico de la Urbe, a metros de Campo di Fiori, y Profesor invitado en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Gregoriana.  Nuestra sincera y desinteresada amistad, creo que pasó desapercibida tanto a los servicios secretos de Hungría (estábamos todavía en la época del comunismo, incluso aún en Polonia, muro de Berlín, cortina de hierro, etc.) como al Opus Dei...



         Si bien ya era conocido en su Budapest natal, donde era formador en el seminario –no se incluso si no era o había sido Rector- Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Budapest, etc. y tenía publicaciones de historia del derecho medieval, y había publicado un comentario al Código de Derecho Canónico en su lengua magyar, sólo empezaba a ser conocido y reconocido entre los canonistas en ese entonces. En el año 1990 publicó un manual para estudiantes de la licenciatura en Derecho Canónico, escrito en latín, que en poco tiempo llegó a ser un clásico INTRODUCTIO IN HISTORIAM SCIENTIAE CANONICAE, manual el que en el año 1993 se publicó una versión en castellano, y luego otras traducciones. En aquel tiempo, no recuerdo exactamente si antes o después de estas publicaciones, fue elegido miembro del órgano directivo de la CONSOCIATIO INTERNATIONALIS STUDIO IURIS CANONICI PROMOVENDO, luego ordenado Obispo, luego Arzobispo Primado de Hungría y creado Cardenal, luego elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Europa, etc. etc. y finalmente, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Navarra.

          Como a propósito de la investidura del Card. Erdö como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Navarra Haenobarbo ha publicado sus recuerdos y testimonios respecto al modus operandi del Opus Dei respecto de los señores Obispos, Arzobispos, Cardenales, y se podría agregar en torno al poder en general (testimonios de los que fui testigo directo, y que por lo tanto ratifico tanto en su contenido como en la cercanía de Haenobarbo a los hechos descriptos y narrados) que fuera complementado luego por Ramón, añadiendo matices que me resultaron por demás interesantes respecto de la actuación pública del Card. Erdö en la ocasión, involucrándolo de algún modo en los contenidos que tratamos en esta web, que son leídos por todo tipo de personas (Gente del Opus Dei y ex del Opus Dei en primer lugar, Eclesiásticos de todo tipo, mas y menos importantes y poderosos, buenos cristianos, ateos, católicos y anticatólicos, etc.) me pareció oportuno (una vez más, pues la vida me dio ocasión de hacerlo ya una vez en los años 1990) en honor a la verdad, por amor a la Santa Madre Iglesia, y por el recuerdo de una sincera amistad en días pasados (The days of Auld lang syne dirían mis amigos del Reino Unido) publicar mi recuerdo y testimonio sobre la persona de Peter, que atendiendo a su trayectoria pública, poco debe haber cambiado.

         Me confieso amigo de Peter. Al menos así me consideraba hasta que allá por el año 1994 más o menos interrumpimos toda comunicación porque nuestras vidas tomaron derroteros donde pocas cosas teníamos para compartir. Por esta circunstancia, no puedo ser, ni pretendo ser objetivo: como dicen los abogados, me comprenden las generales de la ley. En la época que mas nos frecuentamos y que más trato personal tuvimos, teníamos ambos menos de treinta y cinco años. Era él Rector del Colegio Húngaro en Roma, Profesor en la Facultad de Derecho Canónico en la Gregoriana, Licenciado en Teología y en Utrisque Iuris en la Universidad del Laterano. No tengo la certeza, pero es probable que fuera también ya entonces Doctor en ambas disciplinas. Políglota. Además de su lengua materna, el magyar, hablaba entonces correctamente inglés, francés, alemán, italiano, el latín y bastante bien el castellano. Nosotros hablábamos habitualmente en italiano, aunque alguna vez en algún grupo en que alguno de los interlocutores no manejaba bien el italiano, lo hicimos en inglés o en castellano. En lo intelectual, además de ser brillante, tenía una marcada inclinación por la historia medieval, y la historia del derecho medieval, aunque también era buen canonista, y tenía muy buena formación jurídica general. Pero por encima de todas estas virtudes, destacaba el Sacerdote piadoso, preocupado por la formación de los futuros sacerdotes hacia donde en definitiva se dirigía todo su despliegue intelectual y docente, y su profundo y maduro amor a la Iglesia y a su Patria, Hungría, detrás del telón de acero. He señalado profundo y maduro amor a la Iglesia y a su Patria, porque pese a su juventud, denotaba una madurez poco común, y un conocimiento cercano de las grandezas y miserias humanas, presentes también en quiénes gobiernan tanto en los Estados como en la Iglesia. Pero su alineamiento y obediencia a la Iglesia y al Romano Pontífice eran sólidos, a pesar de los pesares… A propósito de las grandezas y miserias de los personajes de este mundo, me llamó mucho la atención en su INTRODUCTIO IN HISTORIAM SCIENTIAE CANONICAE, que si bien es un manual para estudiantes, tiene pasajes que denotan la profundidad de la tarea del autor como investigador, en más de una ocasión que alaba la actuación o la influencia de un determinado personaje sea por su influencia en otros autores, o en determinados cursos de gobierno, algunos conocidos, otro no tanto, no pocas veces apostilla que Fulano terminó mal, porque lo apartaron de su lugar, o porque sufrió persecución, o por lo que fuera…

         Esta precoz madurez tanto intelectual como en su perfil personal, lo hacía ya entonces muy ponderado en la valoración de personas, situaciones e instituciones en la vida de la Iglesia. Sabiendo ponderar virtudes y defectos, siempre en la comunión inquebrantable con la Sede Apostólica y resto de la Iglesia. Respecto del Opus Dei, valoraba positivamente las cosas que veía positivas: su fidelidad al Romano Pontífice (eran los tiempos de Juan Pablo II…) etc. Pero también percibía críticamente algunas actitudes de algunas personas del Opus Dei… A lo que voy, respecto de los temores que manifiesta Haenobarbo –y que quizás otros también comparten- es que una persona de su talante (al menos, al que yo conocí y traté entre los 35 y 40 años mas o menos) y formado como sacerdote en un país tras la cortina de hierro, no resultará fácil venderle gato por liebre… Eso, vistas las cosas “de tejas abajo”… Además, como sabemos por la fe y conocemos por la historia, la acción del Espíritu Santo y la Providencia Amorosa de Dios, guían a su Pueblo en la Historia de la Salvación… aunque haya momentos en que ni siquiera los elegidos podrían perseverar sin una asistencia divina especial.

         Uguccione da Pisa







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