Lo difícil de decir la verdad!

“si vos manseritis in sermone meo vere discipuli mei eritis
et cognoscetis veritatem et veritas liberabit vos”
Juan 8, 31-32

Muy estimado Javier,

Un breve pensamiento, lo digo por experiencia –seguro tuya también-, es mucho mejor -aunque no fácil- decir la verdad que seguir mintiendo. ¿Qué necesidad tenía el Prelado de decir una mentira tan publica?, me pregunto ¿Cómo habrán tomado esto tus hijos anglosajones tan amantes de la verdad?

Hago referencia a Carta pastoral del Prelado, 2-X-2011 tan comentada,

Párrafo 16, “La charla fraterna no es una cuenta de conciencia. Si en esa dirección espiritual se nos pregunta algo —y, en ocasiones, puede ser bueno y hasta necesario que nos pregunten—, procederán con mucha delicadeza, porque nadie está obligado, concretamente, a decir en la Confidencia lo que es materia de confesión.

Todo lo que os menciono, hijas e hijos míos, os parecerá obvio, pero he deseado recogerlo en el contexto actual de la sociedad, que manifiesta una particular sensibilidad por el respeto a la intimidad de las personas, aunque también abundan, en ciertos ambientes, la falta de pudor y de respeto a la vida privada de los demás.”

O aquello de:

Párrafo 17, “A la vez, como siempre dejó muy claro san Josemaría, los fieles de la Prelatura, al igual que todos los católicos, gozan de plena libertad para confesarse o hablar con cualquier sacerdote que tenga facultades ministeriales: os sorprenderá que os recuerde esta verdad tan clara, pero me interesa mencionarla porque quizá podría ser menos conocida por quienes nada saben del Opus Dei o del espíritu de libertad propio de los seguidores de Jesucristo.”

Pero Jaaviiii, ¿Por qué no decir la verdad?, ¿Por qué seguir mintiendo tan groseramente?... Te sugiero algunas ideas de cómo haber dicho la verdad y haber quedado estupendamente con todos:

Párrafo 16, “Aunque es verdad que en algunos momentos y regiones, y dado que no es obvio, se pudo haber mal interpretado el espiritu de la Obra, es mi deber como prelado recordarles, en profunda unidad con los criterios de nuestra Santa Madre Iglesia, que la charla fraterna no es una cuenta de conciencia, y por tanto, se ha de proceder con mucha delicadeza para evitar, tanto como sea necesario, decir en ella lo que es materia de confesión. La Iglesia nos recuerda en su papel de madre, que nadie está obligado a tratar en la charla fraterna lo que es materia de confesión y que hacerlo así no representa una falta de buen espíritu sino el cristiano ejercicio de la prudencia y caridad a la que estamos llamados.”

El párrafo 17 quedaría algo así como: “Es verdad que en algunas frases de san Josemaría se podría entender que los miembros de la Obra sólo se deben de confesar con sacerdotes de la prelatura, y por tanto no es de sorprenderse que sea mi deber aclarar, siguiendo el maternal consejo de nuestra santa madre la Iglesia, que los cristianos gozan de completa libertad de confesarse con cualquier de los sacerdotes que tengan los permisos debidos. Es importante que os lo aclare –como me ha sido indicado- que aunque es verdad que en algunos momentos y frases, parecería que el fundador indicó que para un miembro de la Obra sólo era de buen espíritu confesarse con sacerdotes de la prelatura y por tanto lo contrario era malo o equivocado, la Iglesia nos recuerda, en su labor de pastora, que los cristianos tienen completa libertad de elegir confesor y hacerlo de una u otra manera no debe de ser interpretado como malo o equivocado.”

Creo que con algo así, o mejor redactado, te hubiera quedado requetebien! Más aún, en vez de sembrar desasosiego en los miembros de la prelatura por caer en la cuenta de que tienen un prelado mentiroso dispuesto a encubrir la verdad y mentirle a la Iglesia, tienen a uno valiente que obedece con fidelidad y amor a Dios y a la Iglesia, y es coherente hasta la santidad con Jesucristo. Es mejor ser fiel a la Iglesia y a Jesucristo que a san Josemaria. Eso nos hubiera motivado muchísimo más a todos a ser muy fieles. Recuerden que no estamos en la Obra porque sea perfecta, o porque el santo fundador sea perfecto, sino porque es coherente y lucha por alcanzar la verdad, sin poder decir que ha llegado a ella, y en esta lucha nos inspira a los demás a seguir haciéndolo. No hay necesidad de ser perfecto, y menos de mentir descaradamente para aparentar perfección.

Sinceramente me he sentido muy ofendido porque usas palabras como “Obvio” y “Sorprenderá”, pues al hacerlo insultas nuestras inteligencias y mientes a los miembros de la Obra a los que tiene como encargo, mientes a la Iglesia por tratar de aparentarle lo que no es, y le mientes a la opinión pública por aparentar algo que no es al ignorante. Creo que la Iglesia se ha de haber quedado muy inquieta por este proceder del prelado –tan guay que le pareció a él mismo, que pillín!-, pero aun más a los miembros mayores que ahora sí no han de saber qué esperar ni tener esperanzas de cuando aquello mejorará. Última pregunta: dónde estaban tus consejeros que no te lo hicieron notar?, ¿ellos también están coludidos?, ¿ellos te lo aconsejaron?... te soy franco, la situación me inquieta, que no quiero terminar como Lefevbre.

Saludos,

unocomocualquiera