Hola amigos,

Recientemente Haenobarbo (9/10/11) ha comentado que la Opus Dei se está camelando a un cardenal joven (Erdö, creo que decía), nombrándole doctor OC de Pamplona y suponemos que haciéndole todo tipo de zalamerías para ganárselo para su causa. Si encima llega a Papa, mejor.

Con frecuencia se dice en esta web que la Iglesia es buena, pero que el Opus Dei tiene engañados a los obispos y a la curia, incluso al Papa y no saben lo que pasa. El comentario de Haenobarbo abunda en esa misma dirección.

Y voy yo y me lo creo.

Repitamos de nuevo: si Roma peca de algo desde luego no es de ingenuidad, ni de buenismo, como les gusta decir al Tea Party. Roma lleva 2000 años mangoneando, se las saben todas. Los cardenales son príncipes de la Iglesia, en el sentido etimológico del término. Alguno habrá que además sea pastor del pueblo de Dios, pero ahí arriba no se llega sin ser listo, maniobrero y tenerlos cuadrados. Vamos, como para engañarlos. Es esquizofrénico decir que el Papa es un gran intelectual, pero que el Opus Dei se lo cameló haciéndole doctor e invitándole a fresas con nata. O no es tan listo, o en realidad se comporta como un politicastro más.

Porque veamos:

- ¿quién no agasaja a papas y cardenales en la iglesia católica?

- ¿a quién le hace ilusión que le hagan doctor de Pamplona? Jo... si fuera Cambridge, la Sorbona, Yale... incluso Salamanca si me apuras. Pero Pamplona no es que sea el "top ten" de la universidad mundial.

- Se dice que otro cardenal fue a Pamplona a hacerse un chequeo y se lo camelaron ¿y qué c... de necesidad tiene ese cardenal de ir a Pamplona, si en Roma tienen la Gemelli y un montón de hospitales públicos buenísimos, como va todo hijo de madre? Si va, es porque le da la gana y le va el rollito.

Nada de lo anterior son pecados, ojo. En todo caso, debilidades humanas, que les lleva a fortalecer una buena opinión que tienen muchos del Opus Dei. Pero por favor, dejemos la ingenuidad de creer que nuestra visión es la de la gente que manda. Roma tiene una red de informadores que llega a la última parroquia y la última celda de los conventos. No lo olvidemos: los ricos también lloran... de risa cuando ven a los pobres.

Puede que el Espíritu sople en la Iglesia y suceda un papa como Juan XXIII o Pablo VI, y suceda un milagro espiritual, teológico, intelectual y vital como el Vaticano II. Pero no nos engañemos: entre tanto, lo que sopla es el viento.

Con Dios

Ramón