La razón por la que escribo es para destacar la actitud que mantuvo el nuevo Doctor Honoris causa: no se puso los arreos de cardenal, sino que fue con un sencillo clergyman, como para dejar claro que participaba meramente como académico, y no como lo presentó Eduardo Molano, destacando que era un muy relevante hombre de gobierno en la Iglesia.

Por si cupiera alguna duda al respecto, después del protocolario saludo a las autoridades presentes, pasó directamente a su Lección Magistral sobre el poder jerárquico en la Iglesia (como para recordarles que si no obedecen al Papa no son Iglesia), que prosiguió hasta su conclusión sin que hubiera ningún agradecimiento por el nombramiento, ni ninguna alabanza a la Universidad de Navarra.

Saludos cordiales,

Doserra