Mons. Javier Echevarría (o alguien usando su "nick") nos dice el 2 de octubre de 2011 que "La charla fraterna no es una cuenta de conciencia. Si en esa dirección espiritual se nos pregunta algo —y, en ocasiones, puede ser bueno y hasta necesario que nos pregunten—, procederán con mucha delicadeza, porque nadie está obligado, concretamente, a decir en la Confidencia lo que es materia de confesión." (p. 11)

Al respecto tengo dos anécdotas:

1. Curso anual en diciembre de mediados de la década pasada (2004-2005) para numerarios "bandera" de la región. La casa de retiros es lo de menos ("Los Abetos", "Ruperthall", "Molinoviejo", etc.). Charla con el defensor de la comisión regional. Tema: Sinceridad en la charla fraterna y frente a los directores. Cita (más o menos textual): "Nuestra sinceridad debe ser tal que, si no quisiésemos que se supiera algo de nuestra vida, hemos de ir a contarlo inmediatamente al DIRECTOR o LOS DIRECTORES, otra cosa es tener un secreto con el demonio".

¿Dónde queda la no obligación de contar lo que es materia de confesión en la charla o a los DIRECTORES? ¿Por qué, como sugiere NVLP y otros, no pedir perdón y rectificar?

2. Villa Tévere. Tertulia con el Padre (Javier Echevarría) a media tarde. Tono de "echar bronca". Contenido del mensaje ("naturalmente no es textual") Habéis de ser muy finos (relatar con pelos y señales) y salvajemente sinceros en lo referente a la pureza. Y luego habéis de preguntar a vuestros hermanos (los asistentes a la tertulia éramos directores) en la charla fraterna, siempre y con fortaleza, sobre su conducta en materia de castidad.

¿Se valía responder, ahí en esa tertulia, que no estábamos obligados a decir todo lo que es materia de confesión (en materia de pureza sabíamos que todo era materia de confesión)?

Creo que pasé de noche durante más de 15 años en el Opus Dei, definitivamente. ¡No me he enterado de nada!

Torch