Opuslibros - Vocación y Frustración.- Nicanor

Gracias a Opus Libros un ex numerario se puede poner en contacto con tantas personas que han sufrido las consecuencias de haber pasado la experiencia de la vocación.

Como el lector conocerá por los innumerables testimonios y ensayos que esta Web publica, la vocación al Opus Dei tiene gran relación con la anulación de la voluntad para pasar a hacer la voluntad de otro en nombre de Dios o porque así lo quiere Dios. Es decir, vocación y obediencia sumadas a una voluntad anulada harán de la Obra de Dios una experiencia sectaria.

Plantear a una persona “la crisis de la vocación” (sic. Escrivá) es un acto practicado por un fiel de la Prelatura previo consentimiento del Consejo Local o los Directores. “La crisis de la vocación al Opus Dei” es un proceso de “plano inclinado” (sic. Escrivá) o, mejor dicho, el proceso de ablandamiento de la voluntad para creer que la Voluntad con mayúscula (Dios) habla a través de los Directores o de la persona que es enviado a conversar con frecuencia con determinado chico de la “Labor de San Rafael” y del Director Espiritual (sacerdote de la Prelatura) ¡Qué me digan cuántas veces he forzado a chicos que “trataba” para que dejen de hablar con el sacerdote de su parroquia para que sólo hablen con el sacerdote del Centro!, y ¿Por qué? “porque nuestro espíritu no es moneda de cinco duros que a todos guste” (sic. Escrivá) y porque “cualquier otro sacerdote, por más santo que sea, es el mal pastor al no ser de la Obra al pronunciarse sobre la espiritualidad de la Obra” (sic. Escrivá).

Ablandada la voluntad y la firme creencia que el Opus Dei es una “revelación particular” donde Dios ha intervenido e interviene directamente de modo constante haciendo milagros en lo ordinario hace del candidato a planteársele la vocación en un ser, tan susceptible que decir que “no” es casi un “pecado mortal”.

Así pues, a los lectores que asisten por una “casa” del Opus Dei, tengan conciencia que están siendo empujados a creer cosas que no son tal como las pintan ¡Qué mejor Web autorizada para que el lector encuentre de entre varias ópticas legítimas la verdad de las cosas!

Retorno al principio de este artículo porque hace algunos días entablé contacto con un ex sacerdote del Opus Dei de una zona rural donde sólo hay sacerdotes agregados. Experiencia interior terrible que, desde su infancia como chico de la “Labor de San Rafael” más su buena fe, más su “Director Espiritual”, ingresa le dicen que “Dios le llama” (sic. Escrivá) a ser sacerdote. Con una voluntad tan anulada y servil, ejecuta como cordero las “órdenes” (elección) divina que existía “en la mente de Dios desde la eternidad” (sic. Escrivá).

Y luego de actuar de este modo… ¿Qué sucede? O se persevera a punta de pastillas o se desata la crisis contraria: la duda, la incertidumbre; propias de elegir algo para lo que nunca se tuvo “vocación” y que se hizo “de buena fe” creyendo firmemente que la cosa “viene de Dios” (sic. Escrivá). Así pues, tal sacerdote entra en crisis, huye, es convocado a “Casa de tía Lili” (estancia del Opus Dei en Lima para sacerdotes agregados y supernumerarios) y se le castiga con un “Desde este momento has dejado de pertenecer a la Prelatura”. Tremenda frustración del alma que no ha llegará a concluir "la elección divina" (sic. Escrivá) "confundido en razonadas sin razón" (sic. Escrivá) que el lector entenderá lo que acontece cuando se intenta, "poniendo todos los medios humanos y divinos" (sic. Escrivá) anotar un gol sin que exista arco rival que acoja el balón.

Imagínese el lector la profunda frustración que usualmente desemboca en depresión o neurosis al resultado de dudar o “manosear algo tan divino” (sic. Escrivá). La historia continúa en un largo periodo de perseverancia del ex sacerdote de la Prelatura ejerciendo su ministerio hasta que deja lo que nunca tuvo: vocación, “vocación al Opus Dei” (si es que tal cosa existe) y vocación al sacerdocio inmerso en una profunda tristeza que ahora tocará a sus ex “hermanos” “arroparlo de comprensión y cariño de familia sobrenatural” (sic. Escrivá). De esa “familia” que le dio la espalda cuando más lo necesitaba.

Nicanor
nicanor.wong@gmail.com