También se ceba el buey que irá al matadero.- Simple-mente
Fecha Saturday, 29 October 2011
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Cito a continuación unas palabras de San Josemaría que me impactaron al leer la biografía "El fundador del Opus Dei" de Andrés Vázquez de Prada (tomo I, páginas 80 y 81):

"Yo, desde chico, he pensado tantas veces sobre el hecho de que hay muchas almas buenas a las que les toca sufrir tanto en la tierra; penas de todo género: reveses de fortuna, hundimiento de la familia, teniendo que dejarse pisotear el legítimo orgullo... Al mismo tiempo, veía otras personas, que no parecían buenas -no digo que no lo fuesen, porque no tenemos derecho a juzgar a nadie-, a las que todo iba de maravilla. Hasta que un buen día me vino la consideración de que también los malos hacen cosas buenas, aunque no las realicen por un motivo sobrenatural; y comprendí que Dios de alguna manera los había de premiar en la tierra, ya que luego no podría premiarlos en la eternidad. Me acordé entonces de la frase: también se ceba el buey que irá al matadero."...



Cito también los comentarios que hace Vázquez de Prada sobre estas preocupaciones del fundador:

"Desde la muerte de su hermana Chon venía dando vueltas en la cabeza a una idea, punzante como una espina. Era un pensamiento que le hostigaba con persistencia, cuando veía a la desgracia encarnizarse en los inocentes. ¿Por qué, Señor, por qué? Josemaría, niño aún y con agudo sentido de la justicia, se perdía en penosas meditaciones, tratando de encontrar un rayo de luz que esclareciese lo que para él resultaba incomprensible."

Dice Váquez de Prada que San Josemaría ya de niño tenía un "agudo sentido de la justicia". Pues sería un agudo sentido de justicia legal, porque de justicia bíblica o justicia del Reino parece que no andaba muy fino...

En la frase:

"hay muchas almas buenas a las que les toca sufrir tanto en la tierra; penas de todo género: reveses de fortuna, hundimiento de la familia, teniendo que dejarse pisotear el legítimo orgullo"

Se está refiriendo a su familia y a él mismo. Para empezar, según Sanjosemaría, él y su familia son "almas buenas" (parece que la modestia cristiana brilla por su ausencia). Y para terminar dice que han sufrido "reveses de fortuna, hundimiento de la familia, teniendo que dejarse pisotear el legítimo orgullo", pero que yo sepa su familia pasa de estar en una clase media alta a una clase media baja (su padre pasa de propietario de un comercio a asalariado de otro), muy lejos de poder ser considerados pobres. ¿No es esto un insulto a familias que sí vivían de verdad en la pobreza?

En cualquier caso, lo que me impactó de sus palabras, es sobre todo la parte final de sus reflexiones:

"Hasta que un buen día me vino la consideración de que también los malos hacen cosas buenas, aunque no las realicen por un motivo sobrenatural; y comprendí que Dios de alguna manera los había de premiar en la tierra, ya que luego no podría premiarlos en la eternidad. Me acordé entonces de la frase: también se ceba el buey que irá al matadero."

Me impactó la falta de compasión de esas palabras. Parece que la "idea, punzante como una espina" deja de "hostigarle con persistencia" cuando se le ocurre la genial idea de que los "malos" (dice "no tenemos derecho a juzgar a nadie" pero juzga sin piedad) hacen cosas buenas (parece que no se le ocurre que puedan ser buenos que hacen cosas malas) y que Dios (una vez más sabe lo que Dios hace o deja de hacer) les deja disfrutar en la tierra para luego eliminarles eternamente. Y sobre todo me impactó la crueldad de la última frase:

"también se ceba el buey que irá al matadero"

Da la sensación de que "la espina deja de hostigarle con persistencia" cuando se le ocurre que aquellos a los que "les va de maravilla" ya pagarán sus maldades con la pena de muerte eterna. Parece justo lo contrario de los santos católicos que se ven pecadores y que lo que les preocupa es salvar a las ovejas descarriadas. Por el contrario, a Escrivá lo que le preocupa es condenarlas.

Parece que ya desde niño el fundador era un "competitivo patológico" que no soportaba que a los demás, "los malos", les fuera mejor que a él y su familia, "los buenos". Llama la atención la falta de compasión, y su incapacidad para entender que la justicia de Dios es misericordiosa.

Da la sensación de que toda la vida del fundador y su obra fue una lucha solapada por recuperar ese nivel de vida perdido y devolver así a su familia el "legítimo orgullo".

Me gustaría citar, para dar contraste a las palabras de San Josemaría, algunas citas de un curso de teología para laicos impartido por un Dominico:

"La justicia bíblica tiene como modelo la actuación de Dios, que actúa salvando, liberando, justificando. Su justicia no es punitiva, sino salvífica. La justicia es primero un don y luego una responsabilidad.

La justicia bíblica no se contenta con dar a cada uno lo suyo, porque, en definitiva, ¿qué es lo suyo? La justicia bíblica da a cada uno lo que necesita para vivir como ser humano y para vivir como hijo o hija de Dios. Lo que es de cada uno no se mide por los méritos, sino por las necesidades.

La justicia del Reino no termina en la observancia material y meticulosa de la ley, sino en el servicio solidario a la vida de las personas. Así, la justicia debe ir acompañada de la solidaridad y la compasión.

La urgencia de la Justicia del Reino viene planteada desde los pobres, los oprimidos, los indefensos, los excluidos, las víctimas… Hay que rendir cuentas de las víctimas a Dios. Una sociedad es buena en la medida en que es bueno y humano el destino de los miembros más débiles."

Doy gracias a Dios por haberme salido de la obra y poder así escuchar estas sabias palabras de verdaderos pastores de Jesucristo que nos enseñan que la justicia no puede existir sin amor y misericordia.

Un cariñoso saludo a todos,

Simple-mente







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=18789