Por alusiones.- AMGD
Fecha Saturday, 29 October 2011
Tema 900. Sin clasificar


Por alusiones, respondo a simple-mente:

Este es el contenido discutido y criticado de la carta pastoral del Prelado:

Humildad y prudencia al impartir la dirección espiritual

18. Me detengo ahora en las disposiciones de quien asiste a otros en la dirección espiritual. (…).

(…)Si es necesario, de acuerdo con las enseñanzas de la Moral, se puede hacer una consulta a personas más doctas, presentándola como un caso hipotético y modificando las circunstancias, de manera que —para guardar rigurosamente el silencio de oficio— quede completamente a salvo la identidad de quien se trate, y siempre con la debida prudencia...



En la Obra, desde siempre, conocíamos y aceptábamos expresamente que la persona con quien se habla fraternalmente pueda consultar al Director pertinente, cuando lo considere oportuno para ayudar mejor al interesado. Con el fin de que quede aún más de manifiesto el espíritu de libertad y de confianza en esas situaciones —que no serán ni habituales ni frecuentes—, la persona que recibe la charla fraterna plantea al interesado si desea pedir consejo él mismo a un Director o si prefiere que lo haga el que escucha su Confidencia. Es una manera de proceder que refuerza las medidas de delicadeza y de prudencia vividas desde el principio.

A la vez, todos cuentan con la libertad de acudir directamente al Padre o a un Director Regional o de la Delegación, para hablar de la propia vida interior. Esto nos ofrece la garantía, a quienes acudimos a la dirección espiritual en el Opus Dei, de que vamos a recibir lo que necesitamos y deseamos: el espíritu que nos transmitió san Josemaría, sin añadiduras ni modificaciones. Al mismo tiempo, ni de lejos se lesiona el deber de mantener el secreto natural, que se guarda con el máximo cuidado y severidad: una persona que no fuera ejemplar en este punto, carecería de una disposición fundamental para impartir dirección espiritual. (…).

Estoy de acuerdo, en líneas generales, con lo que expones en tu escrito del 25-10-2011. Desde el punto de vista con que analizas las frases del prelado, el descriptivo de una realidad pasada (se hizo así “desde el principio” o “desde siempre”); es evidente que el contenido textual de la carta no coincide con la experiencia de ningún miembro y ex-miembro del Opus Dei. Desde esa perspectiva, las palabras del Prelado chocan con la verdad histórica. El Prelado efectúa un claro ejercicio de alteridad.

Pero, aún con todos esos reparos y los motivos del prelado para decir lo que dice y como lo dice, no hay obstáculo para ver algo positivo en este texto: el posible cambio en la manera de realizarse la dirección espiritual. Desde esta carta, todos los miembros del Opus saben lo que su Prelado quiere, y es que se hagan las cosas tal como las expone aquí.

Por tanto, en este aspecto, el uso del lenguaje es prescriptivo. Describe una realidad jurídica (de funcionamiento de su institución) y, a la vez, la está imponiendo a los miembros del Opus Dei.

El hecho importante es que puede que cambie el sistema de dirección espiritual en el Opus Dei; de que, por fin, se deje de violentar la intimidad de las personas. Aunque tampoco creo que se pueda echar las campanas al vuelo.

En mi anterior carta, he considerado que puede haber lugar para la “esperanza”, aunque habrá que ver si se convierte en realidad. Pensar que cabe una “esperanza” basándose en un documento concreto, no es ser iluso, ni salvar la intención de alguien, pese a las frívolas descalificaciones de algunos irreflexivos.

Desde luego, yo no voy a juzgar la intención del Prelado al escribir lo que ha escrito. Es obispo de la Iglesia a la que pertenezco y le debo ese respeto. Puedo criticar el modo, la falta a la verdad, pero no su intención. Entiendo que, desde su libertad de conciencia, lo que ha dicho ha sido de esta manera por alguna razón.

Quizás quiera proteger a su prelatura, ante posibles críticas en la Santa Sede. Con estas afirmaciones sobre dirección espiritual, en un documento público, el Prelado tendría “algo” que le justificara ante esas críticas. Pudiéramos encontrarnos ante un caso de una aplicación del voluntario de doble efecto. En este caso, el efecto bueno y querido es la guarda de un secreto o el evitar un daño a la prelatura.; el efecto malo permitido es el engaño a los lectores de la carta.

En cualquier caso, el cambio en el modo de realizar la dirección espiritual, sólo puede ser positivo para los miembros del Opus Dei. El sistema que existe, y ha existido siempre de dirección espiritual es inaceptable en una organización eclesial.

AMDG







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