1º Aceptar claramente, de iure y de facto, en los estatutos y en la práctica diaria, la verdad de la doctrina de la Iglesia en cuanto a separación de funciones de gobierno y dirección espiritual, devolviendo a ésta a su verdadero y antiguo significado, el don de consejo que un alma busca libremente en quien cree que le puede ayudar a acercarse a Dios.

2º Acabar con la situación claramente discriminatoria, bajo nuestras leyes y las de los países civilizados, de la numerarias auxiliares, antes de que el asunto estalle en España y otros países, cosa que ya ha comenzado a pasar en Francia. En la actualidad no es admisible que los numerarios, tengan una especie de servicio doméstico femenino a su servicio, atenta a los derechos fundamentales de no discriminación por razón de sexo.

3º Acabar con la práctica contraria a la conciencia, de imponer el sacerdocio desde arriba a los numerarios que precisamente se hicieron tales como cristianos ordinarios en medio del mundo. La vocación al sacerdocio, tal como la entiende la Iglesia, debe partir del interesado al que Dios le da la gracia se lo pide, en un dialogo íntimo, que no puede ser mediatizado por un tercero, que pretende hablar en nombre de Dios.

4º Acabar con la presión y coacción sobre menores de edad, para que se hagan miembros de la obra. No es admisible que sean los directores del opus dei los que vean por otro su vocación, en base a una pretendida gracia de estado. Es el candidato adulto, el que debe prestar consentimiento libre e informado, iluminado directamente por Dios, el que debe adherirse libremente a la obra, sin que medien terceros en su decisión.

5º Redactar unos estatutos que comprendan todas las obligaciones que contrae el candidato y las que por su parte contrae la obra, que por supuesto deben facilitarse a los miembros al contraer su compromiso de vida con la misma, eliminando contradocumentos internos que desvirtúen o amplíen el compromiso estatutario.

6º Dejar claro que las aportaciones económicas de los miembros de la obra son voluntarias y poner luz sobre el destino de estas aportaciones, de las de los cooperadores, apostolados y entramado societario que depende de la obra, sin excusarse en que de iure no pertenecen a la opus dei, puesto que de facto si le pertenecen.

7º Dejar de hacer y rehacer la historia del opus dei y de su fundador, porque del modo que se hace atenta claramente a la verdad. Oír a quienes conocieron al fundador y fueron injustamente apartadas del proceso de beatificación y canonización, aun a riesgo de revisar la declaración de santidad.

8º Pedir perdón a las personas que han sufrido por causa de los métodos empleados por el opus dei.

Dagarondel