Sobre la des-canonización.- Martys
Fecha Friday, 21 October 2011
Tema 900. Sin clasificar


Dagarondel, interesantísima y muy clara tu descripción del proceso canónico.

 

Respecto de lo que preguntas, te sorprenderá saber que los beatificados o canonizados por proceso formal son realmente pocos: apenas unos 3.700 en toda la historia del proceso canónico (incluyendo beatificaciones masivas como las de la Guerra Civil), si no conté mal, que estoy casi seguro que no. Como curiosidad añadida, de esos 3700, 1750 los creó Juan Pablo II ¡casi la mitad! No hay proceso formal de canonización para ningún santo anterior al 1588 (cito la fecha de memoria, puede ser poco más o menos), excepto para un centenar que se sucedieron desde más o menos el 900 hasta el año citado, fundación de la Congregación de Ritos (antecesora de la actual "Para las Causas de los Santos"); lo que hay son confirmaciones de culto, que los eleva a rango de beato (o a veces los abaja, porque sin la confirmatio serían santos sin más), pero que no sigue el proceso canónico de beatificación y no goza de ninguna inerrancia (de hecho, he encontrado un par de santos de culto confirmado que, por lo que sea, no han sido inscriptos en el Nuevo Martirologio Romano, o sea que han sido tácitamente "desbeatificados"). Todas las demás, unos 13000 nombres, son canonizaciones consuetudinarias...



No parece que hasta ahora la Iglesia se haya enfrentado al caso que dices, es decir, a tener que reconocer que no se han examinado todas las pruebas, que dolosamente se han retaceado testimonios, o que aparecen nuevos elementos que arrojen otra luz sobre la santidad del santo. ¿Qué hará la Iglesia si ello ocurre? (yo más bien preguntaría: ¿qué hará cuando reconozca que ha ocurrido?). No lo sé, por supuesto, pero por lo pronto el paraguas dogmático está abierto: lo único que dice es que la infalibilidad de la canonización se refiere exclusivamente a que esa persona canonizada esta en presencia de Dios, y a nada más. Incluso a alguien tan moderno como Rahner (Art: "La Iglesia de los santos") le parecía insuficiente esa limitación, y extendía la infalibilidad al modelo que el santo presenta a la Iglesia de su época, como extensión y particularización en el tiempo de la nota de santidad de la Iglesia. Como propuesta teológica es estupenda, y una maravilla leerlo, porque así sea por su estilo, convence, Rahner casi siempre convence... pero un fiasco si vemos que ata la infalibilidad a los resultados de un juicio particular histórico, sobre una materia que cae, por definición, fuera del objeto material de las definiciones infalibles.

 

Ni siquiera la Congregación para la fe llegó a tanto... Cuando habla de la infalibilidad de las canonizaciones dice algo así como que es una "inflibilidad por analogía de la fe" (está en el documento sobre los grados del Magisterio, de hace unos añitos, pero no lo tengo a mano, en fin, a rebuscar en www.vatican.va). Por supuesto, una infalibilidad semejante es teológicamente muy cuestionable, así que menos mal que está en un documento no infalible: la infalibilidad se declaró como una necesidad de "seguridad jurídica" (por llamarla de algún modo) de la fe de la Iglesia, para que todos pudiéramos saber con facilidad y sin error cuál es la fe de la Iglesia. Por eso no cabe ninguna concomitancia: o algo está declarado infalible, o no lo es. De todos modos, de lo único que es infalible, incluso según ese documento, es que el santo se fue al cielo, es decir, sobre la declaración de santidad como tal.

 

Esto permite imaginar (pero es sólo un futurible) cómo va a razonar la Iglesia cuando se enfrente con el problema práctico: creo yo que van a desempolvar un concepto precioso pero escasísimamente utilizado, que es el del "poder activo" de las llaves de Pedro, es decir, que realmente las llaves pueden atar y desatar, no solamente reconocer lo que está atado o desatado, y por tanto la canonización se explicará como ACCIÓN de la Iglesia, que "en vista del examen minucioso de las pruebas históricas" y bla bla bla, manda al cielo a tal; sin perjuicio de que nuevas pruebas muestren de que no se lo merecía, pero como "la misericordia de Dios ", etc.... es un razonamiento que se tiene en pie con facilidad, y ya verás si no se usará.

 

En una palabra, en el proceso tal como certeramente lo has descripto, no hay mucho margen al reconocimiento de una canonización fallida, porque se trata de una ordalía: se deja la acción central al juicio de Dios. Pero como las puertas pueden tener la llave de dentro o de fuera, deja nomás que la inviertan de sitio, y se podrá revisar. Sólo hace falta que Dios, a través de su servidora fiel (aunque un poco loca), la historia, haga a la Iglesia darse de narices otra vez contra sus fáciles certezas. Ha pasado y volverá a pasar, porque así le habla Dios a su Iglesia y la instruye: a los garrotazos.

 

Un abrazo, en especial a Agustina, y mi profunda solidaridad por las maldades con las que asedian a la web y a ella misma. Si el Opus fuera Dei, aun suponiendo que esta web mintiera, encontraría consuelo en asemejarse al Maestro en el sufrir calumnias, pero las mismas reacciones: terrenas, rastreras, horizontales, completamente al margen del Evangelio ante los reclamos que se le hacen, muestra bien a las claras de quién es Obra en realidad.

 

Martys







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