Más,más dinero. (Cap.11 de 'El buen pastor').- Nacho
Fecha Monday, 07 June 2004
Tema 120. Aspectos económicos



MAS, MAS DINERO

Cap.11 de 'El buen pastor'
Enviado por Nacho el 7-6-2004


El ansia de dinero que existe en la obra es inmensa. El fundador decía que se gasta lo que se deba aunque se deba lo que se gaste. Y eso es totalmente cierto. Que se lo digan a los administradores de las delegaciones de la obra. Suelen durar casi menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Debe ser muy duro ocupar este puesto. Por experiencia sé que es uno de los que menos duran, pues deben coordinar, junto a otros cargos colegiados, la parte económica de todos los centros de una circunscripción o zona por ellos fijada.

Numerarios y agregados debíamos (yo ya no soy del opus) entregar totalmente nuestros sueldos cuando cobramos en nuestras empresas a final de mes...

Debemos rellenar las llamadas hojas de la 'cuenta de gastos', donde aparecen todos los gastos ordinarios y las correspondientes cantidades que se nos han entregado para nuestras necesidades. No sé en numerarios, pero en agregados, se sacaba una cantidad para atender las necesidades de nuestras viviendas. Incluso se nos daba una charla en la que invariablemente se afirmaba que, si teníamos una necesidad o queríamos arreglar nuestra vivienda, la obra atendía a nuestra necesidad.

Esas buenas palabras en las que se indicaba que la obra atendía a nuestra necesidad en mi caso fueron nada más que eso, palabras. O lo que es lo mismo bla bla bla. Nunca pude atender a posibles obras en el domicilio de mis padres. Evito decir casa para que no se confunda con las palabras de la obra "es de casa" o "murió en casa", ésta última una frase que cada vez se aplicará menos, puesto que la "sangría" sigue. Eso sí, la edad media de los del opus cada día es mayor. Mi madre era viuda y pasamos juntos 19 años, antes de morir ella a los 85 años.

¿Qué necesidades tenía Nacho? Con la pensión de una viuda, que siempre ha trabajado en el domicilio familiar, no se podía atender a casi nada. Ella aprovechaba para escaparse a un bingo y charlas con las amigas. Yo la ayudaba. En algún momento un responsable de la obra me llegó a echar en cara de que como mi madre iba al bingo.... Claro ella tenía suerte y por eso podía hacerlo más a menudo. Pero en el opus se metían hasta en tu vida familiar. Mis necesidades eran cambiar las tuberías del agua, pues la casa ya tenía más de 30 años y había que reponerlas; pintar las paredes; cambiar la cocina, etc, etc. NUnca me ayudaron y eso que lo pedí.

Pero claro, estaba Nacho que tenía un buen sueldo. Nunca se me dijo no a las propuestas. Solo se respondía con frases equivalentes a las siguientes: "Has llegado tarde, plantéalo al año que viene"; "en estos momentos estamos por una mala situación, ya te diré"; "la obra es pobre y no tiene medios", etc. Otros de la obra que me he encontrado por la calle y les he contado el caso me han dicho que a ellos no les ha sucedido. ¡Qué casualidad! Solo a mi me ha sucedido. Seguro que hay más casos.

Uno de los momentos más duros que tuve que vivir se produjo cuando expuse en la charla fraterna que me hacía falta más dinero para poder sacar adelante mi vivienda. El celador o director espiritual sacó una hoja de papel y me empezó a preguntar las cosas más íntimas: cuánto pagábamos a la señora que ayudaba a mi madre en el domicilio; cuántas propiedades tenía mi madre; cuánto costaban los gastos generales del piso; cuánto podían costar las reposiciones de las cosas; cuánto pagábamos al portero; cuánto cobraba mi madre de pensión de viudedad. Dejó caer que mi madre iba al bingo. Pasmaos.!!!!!!

El celador empezó a hacer números, y al final llegó a la conclusión de que se me daba más dinero del que me correspondía. Os aclaro que lo que yo entregaba en el centro mensualmente era una cantidad grande, pero se me regateaba hasta lo más mínimo. Había que vivir el espíritu de pobreza, se nos decía. Que yo sepa, los padres no tienen por qué vivir la pobreza del opus de sus hijos, como los hijos no deben vivir la pobreza del opus de sus padres. Esto no se tiene en cuenta por parte de los directores. A ello se unía la falta de cariño hacia mis padres, a los que visitaron solo dos veces en los casi 34 años que estuve en la obra.

Por si faltaba poco, periódicamente se hacían campañas para recaudar fondos para la universidad de Navarra, tal colegio que se va a construir o para hacer un regalo al padre con motivo de su x aniversario o de su visita a España. Estuve en la segunda reunión de "amigos" de la universidad de Navarra en 1967 y os puedo decir que se hicieron muchos regalos al padre. Esto se repitió con los llamados "dos meses de catequesis" de 1972 . No sé dónde fueron a parar tantos regalos. Supongo que los distribuiría entre casas de la obra. Siempre más, más dinero. Había que pedir mucho para atender a las necesidades.

Cada vez que había campañas para recaudar fondos para una posible obra corporativa o centro de San Rafael, uno de los primeros puntos de mira eran nuestros padres y nuestras familias de sangre. Como para pedirle a mi madre que se desprendiera de sus ahorros en bolsa para satisfacer las ansias de dinero del opus. Se lo insinué alguna vez, pero ella nunca se prestó a eso. Hay que saber que en la obra se nos pedían cantidades muy altas y, en algunos casos, tuvimos que recortar nuestro tiempo de trabajo para intentar dar un "sablazo" a algún familiar o amigo nuestro. Incluso se nos llegó a decir en alguna de las campañas que no interesaban cantidades pequeñas, aunque fueran en miles de pesetas, pues las personas a que nos acercábamos tenían que ser generosas. Si una de las personas abordadas entregaba una elevada suma, inmediatamente se le hacía cooperador del opus dei. Para hacernos picar se nos decía que fulanito había entregado una cantidad muy importante. Es como el efecto del escaparate de las tiendas de lujo. Cuanto más bonitas estén, mas ansias te quedan de entrar a obtener eso. Los que nunca alcanzamos esos "generosos" nos considerábamos unos inútiles.

Recuerdo que una vez en un colegio que es obra corporativa en Madrid se invitaba a los padres a participar en la adquisición de un sagrario que se procuraba estuviera hecho con materiales de lujo, como oro o piedras preciosas. El enfocar la generosidad en la construcción del sagrario llevó a que fueran más las cantidades que se recaudaron que la que realmente costó. El resto sirvió para decorar con mármol el resto del oratorio. El sagrario tenía un atractivo que se reflejó en la generosidad. Una experiencia parecida es la que se contaba en algunas tertulias, en que se llegó a decir que los alumnos del Colegio Romano de la Santa Cruz se llegaron a "comer varios pianos" con el dinero recaudado con una campaña entre padres de los alumnos para dotar de este instrumento musical al Colegio Romano.

Las ansias de dinero de algunos no conocen límites. Existe un numerario en Madrid que está especializado en sacar dinero a viudas y personas que viven solas. Un amigo periodista me ha comentado que en Galicia existen casos parecidos: especialistas en obtener herencias. Cuando murió de repente uno de los supernumerarios del grupo que atendía, que tenía 82 años, ese "buscador" apareció en escena. Estaba en mi centro. Me preguntó quiénes eran las hermanas del fallecido. Se las señalé. No es broma, se fue inmediatamente como una flecha a hablar con ellas. Se da la circunstancia de que el supernumerario vivía en un piso de propiedad en una importante calle de Madrid. Al cabo del tiempo, un día me encontré por la calle al "buscador de herencias" y no me dijo nada después de aquella pregunta sobre las hermanas. Al poco rato, se produjo la casualidad de que estuve con una de ellas que me insinuó que alguna petición había existido.

Un agregado mayor de Madrid, que era hijo único, decidió dejar todos los bienes de su familia a la obra, incluido el domicilio familiar. Ahora vive en una residencia de agregados. Anda que cómo le entre la crisis de abandonar el opus... menuda se va a armar. No tengo noticias de que quiera dejarlo. Si me entero ya os lo comunicaré. A otro, le han pedido la herencia familiar y el ha decidido irse. Con tanto dinero, sí se pueden hacer obras corporativas. Que se lo digan a los "sableados" de los que he hablado.

Ya os lo he contado en otra ocasión. Ya sabeis que yo fui de los favorecidos a los que les tocó el segundo premio de la lotería de Navidad de España, al salir de la obra. La mano delante y la otra detrás en mí tuvo la suerte de que el dinero que había entregado a mis padres para pagarles el alojamiento y mantenimiento fue invertido en acciones de una compañía y con ello me pude comprar un piso en La Manga del Mar Menor (Murcia, España), en el que pienso pasar temporadas el día que me jubile en mi profesión. De momento, allí paso las vacaciones de verano y voy en otras épocas. Menos mal que salí de la obra. Si no, no me toca.





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