Olvidar a las olvidadas.- Vega
Fecha Wednesday, 12 October 2011
Tema 077. Numerarias auxiliares


En el escrito de Catalejo del 10-oct-2011 este hace un inventario de los peores pecados del Opus Dei.

Entre esos pecados he buscado en vano el peor de todos: el trato de servidumbre (no sería exagerado llamarlo esclavitud, de la que tiene todo excepto el status legal, porque la esclavitud ya no existe teóricamente entre nosotros) de las numerarias auxiliares.

Catalejo: ¿no caes tú también en ese pecado, olvidando mencionar lo más sórdido y claramente ilegal e inmoral del Opus, como el propio Opus se olvida de ellas y las hace siervas invisibles?

Para peor, la única mención de estas sufridas mujeres es para echar en cara al Opus que, igual como el fundador las enviaba de sirvientas gratis a sus parientes, no las envíe también a cuidar de los familiares enfermos de los numerarios... esto ha dolido, Catalejo.

Mira, Catalejo. Si el Opus y sus miembros se comportaran como personas humanas y decentes, no enviarían mano de obra gratuita servil a atender a su familia necesitada. Los propios miembros atenderían a sus familias, como hacemos la gente normal, y, en lo que no se puede o no alcanzamos, se recurre a personas a las que se paga, que tienen horario de trabajo y derechos laborales (y que se pueden ir cuando quieran), y que a veces, si no se tienen medios, envían los Ayuntamientos u otras instancias de ayuda social equis horas a la semana.

Cada numerario, por empingorotado que esté, sería el que se remangaría para limpiar, cocinar y planchar, para ir a la farmacia, para acompañar sobre todo, para cambiar pañales a sus ancianos padres si hace falta. Y lo que no pudiera, buscaría quien lo hiciera y le pagaría como es debido. Eso si se comportara como una persona decente, ya no digamos como un cristiano.

Igual eso no es bastante elevado y espiritual para el Opus, para sus miembros de primera clase al menos (los únicos en los que estás pensando en tu entrada) aunque sí lo fue para el propio Jesús, para Teresa y para muchos otros más sabios y más santos que un licenciado universitario numerario del Opus que no ha fregado una sartén ni pasado una noche velando un enfermo en toda su vida en la jaula dorada.

Curiosamente, los empecatados mortales que no tenemos ínfulas de santidad ni aristocracia, lo hacemos a menudo. Nos debemos parecer a Jesús y a Teresa más que esos ascetas grandilocuentes. Será casualidad.

Resumiendo: las únicas personas que hacen un trabajo útil para el prójimo en el Opus son las numerarias auxiliares. Las más oprimidas (y empleo un verbo como de Dickens o Víctor Hugo deliberadamente, porque es el verbo justo) son ellas. El mayor pecado y el primero es el que con ellas se comete. El peor olvido, olvidarse de ellas.

Por favor, no lo hagas tú también. Es una forma de seguir allí dentro, aunque no te des cuenta.

Vega









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