En mi primera convivencia del opus dei, en una de las charlas impartidas por el director que estaba a cargo de la convivencia, éste nos aconsejó que cuando estuviésemos bajos de tono o confusos, que hiciésemos como un sacerdote de la obra que, ya mayor, se miraba al espejo y repetía lleno de profundo orgullo y agradecimiento:

"Soy de casa, soy de casa, soy de casa"

Este sacerdote encontraba el sentido a su vida al decir estas palabras, se sentía lleno de orgullo y plenitud. De la misma forma, este director nos aconsejaba que, al igual que este sacerdote, encontráramos el sentido de nuestra vida en repetir de vez en cuando estas palabras. Y que nos sintiéramos muy orgullosos y a la vez muy agradecidos por la inmensa suerte de ser "de casa".

Al escucharle, me pareció de lo más sectario, y para combatir el lavado de cerebro, repetí para mi mismo: "Soy de Cristo, soy de Cristo, soy de Cristo".

Independientemente de lo raro que resulta utilizar el eufemismo "de casa" en lugar de decir directamente "del opus dei", sentí rechazo por el sectarismo de las palabras de este director.

¿Cómo pueden cimentar el sentido de la propia vida en el orgullo de pertenecer al opus dei? ¿Dónde queda la alegría y el amor de pertenecer a Cristo y a través de Él, ser hijos de Dios?

Un fuerte abrazo a todos,

Simple-mente