No somos una excepción.- RobertLeeJones
Fecha Monday, 03 October 2011
Tema 090. Espiritualidad y ascética


En un escrito anterior ("Un caso más"), Ebe finalizaba con tres consideraciones:

1) Cuánto bien habría hecho el Opus Dei si hubiera sido una institución sana como todos creímos en un principio: cuánta entrega y energías desperdiciadas.

 

     Es verdad, pero también hay mucho bien que efectivamente se hace... Cuando unos chicos de San Rafael van a dar catequesis a un barrio humilde, cuando una persona arrepentida llega a un centro de la Obra y se confiesa (y hay quien pueda atender esa confesión), cuando se celebra la Santa Misa, cuando un buen profesor da clases (de matemática, de literatura o de lo que sea) en un colegio labor personal, o un médico competente atiende a un paciente en la Clínica en Africa (o en Navarra), o tantas cosas más... es un bien concreto. Y de estas acciones debe haber miles al día. Hay mucha gente relacionada con la Obra que realmente busca servir a Dios y lo hace cómo se debe, por amor, desinteresadamente, sin agendas ocultas y eso está bien... 



2) Qué profunda decepción y escándalo provocó en lo más hondo de cada uno el tomar conciencia de que el Opus Dei no era lo que decía ser;

 

    Es verdad también. En algún momento todos hemos "perdido la inocencia". Pero, esto sucede con casi todas las cosas en este mundo. Hay un noviazgo, lleno de promesas, una luna de miel, que parece el Paraíso, y después, hay que empezar a remar, las cosas no son como pintaban. Lo mismo ocurre con casi todos los trabajos profesionales, los proyectos, etc.

 

    Yo ya he descrito mi propio proceso de decepción y crisis, no soy un ingenuo. Sin embargo sigo creyendo en lo fundamental: que el trabajo profesional es camino de santidad y la amistad es camino de salvación, que para promover esto es necesario que haya gente que entregue su vida para servir y que esas personas tengan vida interior y gran dedicación a los demás, y que la caridad es la virtud fundamental y con los primeros con los que tengo que ejercitarla es con los que viven en mi centro. Este núcleo es sano, es bueno, es cristiano: y es por esto que no me voy de la Obra.

   

3) ¿Alguna vez será posible un proyecto como el Opus Dei debió ser, sin que sea necesario pagar un “tributo al mal” como el que el Opus Dei actualmente paga para subsistir? ¿Es viable un proyecto como el del Opus Dei, donde prevalezca la fraternidad y la entrega, o siempre será una meta utópica e imposible de alcanzar y por ello mismo susceptible de ser encausada sólo a través de algún tipo de fraude o engaño?

     Yo creo que sí. Personalmente me parece que el "tributo al mal" de la Obra consiste en un enfoque dramáticamente equivocado de la "dirección espiritual" y de la "pastoral vocacional", en una rigidez temerosa ante cualquier propuesta de replantearse algunas cosas (no se distingue lo qué realmente es una "amenaza" para el genuino espíritu de la Obra de lo que es un cambio necesario) y en una confusión mental que pone la lealtad al líder por encima de los principios, lo que genera un sinnúmero de injusticias de todo calibre, muchas de ellas graves.

     Pero, en mi opinión, todo esto no es lo esencial de la Obra: son deformaciones que hay que corregir, trágicas malinterpretaciones, errores de conducción, etc.

     Leyendo a no_valio_la_pena y a tantos otros, pienso que yo también en su momento me dirigí a los directores con planteos similares sin recibir más que una amable indiferencia. ¿Cuantos numerari@s mayores habrán planteado lo mismo en todo el mundo? ¿Llegará algún eco a quien tiene que llegar? ¿En algún momento se lo plantearán en serio? Porque (al menos por lo que se lee aquí y por lo que he conversado con varios de los que ya no están en Casa y con los que me sigo viendo) siempre son los MISMOS temas.

     Las consecuencias están a la vista: quienes controlan las estadísticas tendrían que pensárselo: llegan pocos, se van muchos (y generalmente, en malos términos) y los que quedan se están enfermando...

     Yo pienso que sí es viable un cambio, pero no será a corto plazo. Lo que sí es posible ya mismo es un cambio en cada uno de la Obra: ser realmente honesto, vivir de verdad la caridad, ser genuinamente bueno en su trabajo, dedicarse a fondo a los demás. Y dar ejemplo de eso, mostrar el camino correcto.

     Por supuesto, habrá Cruz (si no, no sería un camino de santidad): la incomprensión de los directores ("los buenos") ante la escasa respuesta a "las metas", el esfuerzo para resistir serena pero decididamente ante los mandatos a "presionar" a alguien para "sea generoso" o a hacer cualquier cosa injusta, la paciencia para aceptar las correcciones fraternas que sólo buscan meterte dentro del molde y para soportar los medios de formación carentes de atractivo (las caras de la gente en un círculo o una meditación lo dicen todo).

    Y además, como es lógico, enfermedades, dolores, sufrimientos (tuyos y de las personas que amas) que a todos le van tocando... ¡Es la vida!

     ¿Cuántas instituciones de la Iglesia han pasado por crisis? Todas. La Obra no es una excepción.

RobertLeeJones   







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