El linaje de la Obra.- Simple-mente
Fecha Friday, 23 September 2011
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Casualidades de la vida, justo después de enviar el escrito anterior Hemos recibido la vocación de San Josemaría, se me ha ocurrido leer la carta de "El Padre" de este mes de septiembre y cuál es mi sorpresa que es el propio prelado del opus dei el que confirma, recordando las palabras de San Josemaría, la vanidad que tiene la obra con su propio linaje:

La profecía mesiánica dirigida a David prosigue con estas otras palabras: cuando hayas completado los días de tu vida y descanses con tus padres, suscitaré después de ti un linaje salido de tus entrañas y consolidaré su reino (...). Tu casa y tu reino permanecerán para siempre en mi presencia y tu trono será firme también para siempre. Esta promesa se hizo realidad en Jesucristo y sigue vigente en la Iglesia. En una ocasión —se cumplen ahora ochenta años—, san Josemaría la entendió como referida también a la Obra, parte viva del Cuerpo místico. Hacía oración ante el Sagrario, con esfuerzo, cuando el Señor puso en sus labios esas palabras tal como se leían entonces en la liturgia. Nuestro Fundador lo dejó escrito en sus apuntes espirituales. «Dicen así las palabras de la Escritura que encontré en mis labios: “et fui tecum in omnibus ubicumque ambulasti, firmans regnum tuum in æternum”: apliqué mi inteligencia al sentido de la frase, repitiéndola despacio. Y después, ayer tarde, hoy mismo, cuando he vuelto a leer estas palabras (...) he comprendido bien que Cristo-Jesús me dio a entender, para consuelo nuestro, que “la Obra de Dios estará con Él en todas las partes, afirmando el reinado de Jesucristo para siempre”».

El propio prelado nos dice que San Josemaría interpretó que el linaje eterno que Dios prometió a David, y que se realizó con Jesucristo, ¡también se refería a la Obra! El fundador pensaba, ni más ni menos, que de las entrañas de Josemaría Escrivá de Balaguer saldría un linaje que permanecería para siempre hasta el fin del mundo.

Difícilmente se puede ser más soberbio... Que Dios le perdone.

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