Bajo el título "Aprender, de nuevo, a ser persona" escribía Ramana el pasado 12 de septiembre que "me ayudó mucho un libro del psicoanalista y sacerdote (luego condenado por el amigo Ratzinger, ¡faltaba más!) suizo Eugen Drewermann". Pues bien, en honor a la verdad, quería precisar lo siguiente: 

1.- A Eugen Drewermann nunca lo condenó Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sino que la Conferencia Episcopal Alemana, después de más de dos años de estudio de sus obras, le retiró la autorización para enseñar en la Universidad de Paderborn. 

2.- Al día siguiente de serle retirada esa autorización, su Obispo lo suspendió a divinis –prohibición de celebrar la Santa Misa y demás sacramentos– porque de sus obras se colegía que no creía en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.

3.- Meses más tarde de esa suspensión, Drewermann abandonó la Iglesia Católica e ingresó en la Evangélica.

4.- Estando yo estudiando en una Universidad alemana, vino Drewermann a dar una conferencia a la que no asistí voluntariamente, y mis compañer@s y amig@s que asistieron me dijeron que había quedado en evidencia el conocimiento que tenía de la Sagrada Escritura, que por cierto interpretaba en clave psicoanalista, sobre todo por obra del conocido Teólogo y profesor de Sagrada Escritura, ya fallecido, Schnackenburg que lo dejó en ridículo.

Un saludo,

Ayanta