Reflejo condicionado.- Otaluto
Fecha Sunday, 06 June 2004
Tema 040. Después de marcharse


Durante los primeros dos años de haberme ido, seguía con el rollo de siempre, de si no habrá sido culpa mía, de si no estuve a la altura del llamado divino, de si había puesto los medios, etc, etc. y abrigaba por la obra un cierto respeto, y también, porque no, cariño. Más allá de lo que había visto dentro, no dudaba de algo, de que la obra era algo serio. Resulta que en este contexto, un sacerdote diocesano, pariente político mío, me contó que deseaba ir a Roma a hacer un doctorado y me consultó sobre el instituto que el opus dei tiene en dicha ciudad. Debo aclarar que se trata de un hombre joven y con mucho empuje, que ejerce su labor en una diócesis realmente pobre y en contacto con una realidad cotidiana muy dura, es decir, ha visto todo. También es de los que usa sotana, y aclaro el detalle porque viene al caso con lo que sigue después.

Recuerdo que me deshice en halagos sobre la formación doctrinal de la obra, su profundidad, el profesionalismo de sus profesores, en fin, se lo presenté como la mejor y única alternativa para cursar sus estudios. Demás está decir que nunca tuve información de primera mano sobre dicho instituto, y hablaba guiado por un reflejo condicionado: todo lo relacionado con la obra es de Dios, y por lo tanto debe ser lo mejor. Siguiendo mi consejo este sacerdote pidió una entrevista para informarse más y le dieron cita en la Comisión.

Cuando me contó la entrevista sentí vergüenza ajena. Si bien le había llamado un poco la atención el ambiente lujoso y aristocrático, y el porte del curita con sotana impecable y gemelos de oro que lo atendió, no salía de su asombro ante el contenido de lo que hablaron. Prácticamente no se hizo referencia alguna al programa de estudios ni a los profesores, tampoco ningún interés sobre otros aspectos académicos, la conversación se había centrado en la obligatoriedad de ir vestido con ropa clerical, respetar horarios, y otros aspectos formales. Lo que intentaba determinar el prelatureitor es si el postulante iba a dar con el ambiente o no. Cuando me lo contaba se reia a carcajadas, como quien ha tenido un incidente con un lunático y yo, mientras me moría de vergüenza, entendí por primera vez que detrás del fantástico tinglado del opus dei hay poco o nada para rescatar.

El tema no es si el opus puede cambiar, el tema es si tiene algo para ofrecer.

Otaluto.
Paz a todos.







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