Querido Merlin:

He empezado a leer tus escritos  y antes de seguir con ellos (estoy en el 2º), me gustaria decirte que me siento totalmente identificada contigo.

Yo soy hija de supernumeraria (mi padre no lo es) y llegó a dejar su casa y su familia, supongo porque debe de ser insoportable vivir con una mujer así, así que el acoso nos llegó a todos los de la familia y todos y cada uno de nosotros hemos sido dañados, de una manera o de otra, pero a todos nos ha dejado secuelas.

Que me encantaría relataros más adelante ya que puede llegar a ser impresionante el daño que puede hacer el opus en una familia.

La obsesión de una madre supernumeraria por evitar el "pecado" es horrorosa, todo lo que describes en tu primer escrito yo tambien lo he vivido en carne propia y, supongo que habrá otros muchos que tambien, con lo cual quizás podemos deducir que todos hemos pertenecido a la misma familia y que, sin ser hermanos, hemos estado dirigidos y educados por el mismo "padre".

Esa presión por llevar a sus nietos a colegios de fomento y la misma para los bautizos y comuniones, yo siempre he llegado a sentir que sólo tenia madre cuando habia que organizar un acto religioso en la familia.

Y una verdadera enemiga cada vez que a la cosa se le antojaba algo diferente sobre mi persona(economicamente), ya que mis  ingresos dependen de negocios familiares.

A mí, mi madre, llegó a dejar sin poder comer a sus nietos porque yo me habia divorciado y no llevaba la vida que ella creia conveniente. Como tú bien dices en tu escrito, son capaces de dejarte sin recursos ecónomicos ¡a sus propios hijos!, son capaces de dejarte enferma y sola a cargo de tres niños sólo porque no están de acuerdo con la separación de un marido maltratador.

Bueno, no quiero alargarme más, simplemente hacerte llegar que hay mucha gente que hemos pasado por ahí y que no estás sólo, ni eres un caso extraño. Hemos sido "hijos del opus dei".

Abrazos para todos.

Vampi