El director que todo lo ve.- Simple-mente
Fecha Friday, 12 August 2011
Tema 010. Testimonios


Os cuento otra anécdota que me viene a la cabeza:

Todavía en la etapa de enamoramiento, en el perido que transcurre entre que escribí la carta y la admisión, tenía mi charla habitual semanal con el director.

Al final de la charla, y tras escuchar las acostumbradas ideas de doctrina católica y valores humanos en las que se colaban de refilón ideas irracionales sobre el espíritu de la obra, ideas estas que chirriaban en mi conciencia, pero que podía más el estado de euforia espiritual y de confianza en que trataba con santos que el sentido común, al final de la charla, y no sé si debido a ese estado de confusión con el que acababa después de escuchar al director, mezcla de euforia espíritual y de incomodidad de conciencia, me olvidé mi libreta en el despacho del director.

Al llegar a casa me di cuenta de que me la había olvidado así que envié un sms al director para decirle que, por favor, me la llevase al retiro que teniamos al día siguiente...



En esta libreta apuntaba todas mis intimidades espirituales: desde confesiones, hasta anotaciones de retiros, pasando por intimidades espirituales personales. Incluso tenía apuntada una confesión de toda mi vida, ya que me comentaron que aunque eran pecados ya confesados, a "Nuestro Padre" le parecía conveniente que antes de la admisión se hiciera una confesión general: los pecados cometidos en el pasado aunque ya se hubieran confesado.

Aunque yo tenía apunado en esa libreta un montón de intimidades, me fui tranquilo a dormir dando por supuesto que el director, tan buen cristiano y tan santo como aparentaba ser, no se le ocurriria ni por asomo leerla.

Al día siguiente, fuimos juntos en mi coche al retiro. Al subir al coche me da la libreta sin más así que me quedé tranquilo, pense "efectivamente no la ha leido como no podría ser de otra forma".

A continuación rezamos el rosario en el coche y, ya con el rosario terminado y llegando a destino, me empieza a hacer comentarios sobre mis escritos de la libreta y cual será mi sorpresa que me doy cuenta que el tío ni corto ni perezoso la ha leído! Y no solo se la ha leido sino que no le importa demostrarme que así es, haciendome comentarios en tono paternal.

Me quedé de piedra de que se creyera en el derecho de meterse en mi intimidad de confesiones y pensamientos espirituales, pero que además tuviera la desfachatez de comentarlo sin el menor rubor, me pareció increible.

A pesar de que en la libreta había apuntadas confesiones de pecados de toda mi vida, así como mociones espirituales íntimas, tampoco me preocupaba especialmente ponerlo en clave por si un día se perdía, porque ni me daba tanta importancia a mí mismo, ni pasaban de ser las confesiones de la vida de cualquier persona corriente, ni tenía nada que ocultar. No me preocupaba especialmente que hubiera leido esas intimidades, como que lo hubiera hecho sin mi consentimiento, y lo comentara dando por supuesto que está en el derecho de hacerlo, como si fuera el dueño de mi vida y de mi intimidad.

De nuevo, en lugar de salir corriendo, pensé "está fatal que haya leido sin mi consentimiento todas mis intimidades, pero bueno así te vale para ser más humilde y, además, él es un santo, por algo lo hará, ya lo entenderás".

En fin, otra claudicación más de mi dignidad y sentido común...

Un fuerte abrazo a todos,
simple-mente

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