Yo me resistí a los hombres, pero Dios pudo más.-Tango
Fecha Friday, 05 August 2011
Tema 010. Testimonios


Al hilo del último escrito de Vallelaencina, a la que agradezco su sinceridad, me gustaría hacer una reflexione de mi experiencia dentro del Opus Dei.

Llevo algunos años siguiendo esta web, y me ayuda a ser mejor persona dentro de la Obra.

Soy supernumerario desde hace unos 15 años, mi madre es supernumeraria desde que yo tengo uso de razón, mi padre no. Estudié a partir de 7º de EGB en un colegio de Fomento y cuando llego la época se nos fue planteando la vocación desde los clubs. En mi curso hubo unos 15 adscritos (8 llegaron a numerarios) de los cuales hoy solo quedan 2 numerarios, uno de ellos sacerdote. En aquel momento yo me resistí y tuve el apoyo de mis padres y gracias a ello después pude ver claramente mi camino y entré de supernumerario unos años mas tarde. Uno de las personas que mas me dio el tostón (incluso me hizo llorar) ya no es de la Obra.

Mas tarde me casé con mi mujer que ha sido numeraria y fue la propia Obra quien le aconsejó que lo dejara por cuestiones de salud.

De mi curso hoy hay bastantes supernumerarios pero ninguno de ellos fue numerario previamente. Conforme mis amigos iban dejando se ser numerarios yo los iba “acogiendo” e “integrando” un poco en la vida normal y gracias a esto mantengo una amistad que todavía dura.

La totalidad de mis amigos mantienen un buen recuerdo de su época de numerarios y todos ellos han rehecho su vida y mantienen una vida de cristianos.

Todo este rollo lo cuento porque siempre he pensado que en la Iglesia, en la Obra o en cualquier institución espiritual lo importante son las personas. (Me viene a la mente el buen hacer de la mayoría de los miembros de los Legionarios de Cristo y el “desastre” de fundador que han tenido), y al final se va demostrando que es así.

He tenido todo tipo de charlas fraternas con todo tipo de numerarios, y los ha habido santos y los ha habido imbéciles. Incluso una vez uno me pegó una “bronca” porque no hacía todas las normas y al mes siguiente se había salido de la obra, y gracias a éll entendí aún mejor que las personas no somos máquinas que tenemos todo clarísimo, y que aunque el Espíritu Santo “asista” la charla, las personas nos equivocamos por nuestras circunstancias.

Estoy totalmente de acuerdo con “Vallelaencina” en que las cosas cambiarán poco a poco, y entiendo que lo hagan lento, porque a los herederos de un bien espiritual les cuesta mucho diferenciar lo fundamental de lo accesorio, pero por ejemplo, este verano en la convivencia, estudiando el nuevo catecismo de la obra, esta ya dice que no se podrá pedir la admisión a la obra sin el consentimiento de los padres para los menores de edad. Lo cual no deja de ser una paradoja, justo ahora que la legislación civil española deja a una niña abortar sin el consentimiento de los padres, y tantos otros ejemplos. Pero porfin, se ha modificado algo que era de cajón.

La Obra se irá adaptando y para eso debemos de ir diciendo las cosas (sin perder la paciencia) desde dentro y desde fuera, y antes que de la Obra yo soy Cristiano y por tanto seguidor de Cristo, y todo cristiano es hermano espiritual mío aunque podamos ver lo accesorio de forma distinta.

No obstante, soy consciente que el proceso es lento, y que cuando tu ves algo muy claro te desesperas de que no se cambie.

Rezo por todas esas personas que se replantean su vocación, para que pidan luces al Espíritu Santo y Este les muestre el camino de su felicidad en la tierra.

Tango









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