Apreciados ex-combatientes,

Ahí sigue coleando la cosa. Yo me fui hace casi 20 años, después de 5 o 6, y pensaba que tiraba mi alma por la ventana. Jamás lo he pasado tan mal en mi vida. Y es que era un Numerarietor 2.0 y se rompió la carcasa. Hijo de supernumerarios, doce años en obra corporativa, buenas notas (matrículas en la carrera, que pa los tiempo que corrían ya entonces no es poca cosa)... en fin: con 16 años llevaba mi agenda Luxindex y mi cajetilla de Ducados en el bolsillo, sonrisa de hiena y alá, a conquistar almas. Perdí a casi todos mis amigos de la infancia. Me pusieron a dirigir a numerarios ya creciditos con tan solo ¡¡19 años!!

Imaginad la cada de pez globo que se me puso, una vez, en mis primeras sesiones de "director comander espiritual" cuando un numerario me cuenta que se había masturbado por la noche... glups!! Corriendo al director a consultar: y ¿eso? que cosa tan fea hacen los numerarios. Ya me aclaró que nada, que hiciera penitencia como un bellaco. Es una anéctoda, tontorrona, pero lo pasaba mal.

Llegabas a un curso anual y ala, como el señor feudal con derecho de pernada: sinceridad salvaje con tu hermano, alma mía, cervatillo. Por lo que he leído hace poco, esto es la monda...

Grandes amigos, los que me hicieron pitar (en una convivencia de 20 días, "Ataque total"), los del centro de estudios, tantos, los voy encontrando por el camino, hechos trizas algunos. Otros, ordenados sacerdotes. Otros, en colegios de provincias cantando con chavalines.

En fin, gracias opuslibros porque para algunas cosas me ha ayudado mucho, porque aunque discrepe de muchas cosas, me ha ayudado a pensar, a madurar y reorganizar ideas mal metidas en la cabeza: probablemente a superar cierto infantilismo moral, maniqueo, de buenos y malos. Soy muy feliz y necesito decirlo. He tardado en encontrar mi camino. He rezado mucho. Sin pastillas.

Abrazos a todos

Paracelso