Querida Vampi, “los supernumerarios  no se enteran de nada”, solían decir los directores. Y como he dicho en algún otro mail, no se enteraban de nada porque los mismos directores se encargaban de que no se enteraran de nada.

Mis padres supernumerarios se enteraron de que yo ingresé menor de edad al Opus Dei, sin sus permisos respectivos, luego de irme del Opus Dei. Les cayó fatal la novedad.

Pienso que no conviene que los supernumerarios “se enteren” y vivan “en la luna de Valencia” porque la realidad del Opus Dei les crujiría mucho más rápidamente que al resto de la tropa (numerarios y agregados, intensamente adoctrinados).

“Enterarse” es directamente proporcional al “lavado de cerebro”. Quien está muy adoctrinado, se le pueden “confiar” muchas más cosas: puede “estar enterado”.

Hay películas del fundador con distintas calificaciones. Aptas para todos, no aptas para supernumerarios, solo aptas para agregados y numerarios con la Fidelidad y así siguiendo.  Y esto es porque según sea la dosis en sangre de adoctrinamiento, ciertas películas chocan a cierto público sano y ya no chocan a cierto público “adicto”. Es así de simple. De hecho, no recuerdo que me chocara nada de las películas que podíamos ver los “numerarios con fidelidad” pero no los supernumerarios. Y esto era seguro por el grado de alienación que tenía.

Además, eso de ver películas que “los supernumerarios no pueden” te hacía sentir superior desde luego (por supuesto, jamás había que admitir dicho pensamiento ni verbalizarlo, pero era un hecho el que “los numerarios eran superiores”). Claro, si hubiera sido al revés, que los supernumerarios fueran considerados superiores, nadie hubiera querido ser numerario ni agregado. Puro marketing.

Saludos,
E.B.E.