Siento ser inoportuna y probablemente alguien puede sentirse ofendido por lo que pienso. Vaya por delante que no es mi intención molestar o faltar el respeto a nadie. 

También creo que es importante dejar claro que no conozco personalmente a Agustina, ni he hablado nunca con ella. El único contacto que he tenido ha sido por un e-mail cuando publiqué una carta. Tampoco sé la opinión que pueda tener ella de este escrito. 

Estos días es realmente emocionante ver la respuesta que todos/as estamos dando a los últimos sucesos. Algunos lo hacéis con vuestro testimonio escrito y otros siguiendo con mucha atención lo que está sucediendo y dispuestos a apoyar en todo.

Hay sin embargo algo que me preocupa. ¿Quién va a pagar el bufete de abogados que todos apoyamos y deseamos? No hemos sido capaces de llegar a la cifra que tenemos presupuestada para este año. Ya sé que quedan unos meses, pero ¿realmente llegaremos? Me consta que hay personas que después de entregar toda una vida trabajando gratis y perdiendo la salud, ahora están malviviendo con muchas angustias y con un futuro más que incierto. No me refiero a ellos/as, pues probablemente están ayudando como el que más, a pesar de que sé que Agustina sufre cuando intuye que el dinero que recibe es consecuencia de una privación o de alguien que pasa estrecheces.

Lo siento y una vez más me disculpo, pero ¿realmente estamos siendo responsables y ayudamos según nuestras posibilidades? Si somos 1000 personas, por decir algo, pues no tengo ni idea, con 10 € al mes lo teníamos más que solucionados, o la cantidad que sea. ¿Es que nos da vergüenza enviar 30 € trimestrales? Tengo la sensación que damos por supuesto que Agustina va a estar siempre al pie del cañón, con demandas, sin demandas y con lo que le echen. Y no me parece justo. Todos nos estamos beneficiando, sobretodo espiritualmente, de su constante trabajo y abnegación. Esto no tiene precio, es cierto, pero.....

Un fuerte abrazo a todos/as

Marta Domingo