Perspectiva a futuro: Legionarios y De Paolis.- E.B.E.
Fecha Friday, 15 July 2011
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


 Perspectiva a futuro: Legionarios y De Paolis


En estos días ha causado escalofríos la reacción del Delegado Pontificio hacia los críticos dentro de la Legión. Se puede leer en el Blog del periodista Andrés Beltramo la nota.

Hay que destacar que siempre faltará información. No sabemos de quiénes se trata, quiénes son esos “críticos y disidentes”. De todas maneras la noticia es alarmante. Es una suerte de descalificación contra los que han criticado a la Legión. El tema es que el día de mañana el blanco podría ser Opuslibros.

«Hoy, a un año de su llegada al puesto, el cardenal sí sacó su espada pero para cortarle la cabeza a los de abajo, a quienes se atrevieron a pensar diferente, a los “disidentes”», dice el autor de la nota...



Por lo cual, escarmentar en cabeza ajena. Si a los críticos de la Legión los desacreditaron, con los críticos del Opus Dei sucederá lo mismo.

Si alguien esperaba que Opuslibros fuera acogido por la Iglesia de Roma en un futuro cercano, leamos atentamente las palabras de De Paolis, su discurso completo.

Critica especialmente el uso de internet por parte de “los disidentes”: “explotan a su fin el uso de internet con gran despliegue de energías que podrían ser empeñadas para mejores causas”. Es la típica crítica que hemos recibido aquí en Opuslibros tantas veces. “La finalidad para ellos es el de «informar correctamente», como se dicen, y casi siempre en modo crítico”. Otra frase que calza perfectamente contra Opuslibros. Si el Cardenal se hizo eco de estos argumentos contra ex legionarios y legionarios críticos, pues no veo que vaya a considerar diferente a Opuslibros.

Ciertamente Maciel causó un gran daño, y entre ese daño está “el desmadre” dentro de la Legión. Y para remediar el desmadre, la solución pareciera ser “controlar a las bases”, por decirlo así.

Lo que llama la atención es que De Paolis diga que se trata de un grupo minoritario. Si así fuera, ¿por qué le da tanta importancia, tanto espacio en su mensaje oficial días pasados? Por su influencia en “las masas”. Serán pocos, pero influyen mucho.

No creo que el problema de los disidentes sea “su heterodoxia” y su espíritu de “reforma” (como deja entender De Paolis) –que puede ser así- sino el hecho de que no quieren que el pasado quede sin resolverse, que hasta las mismas autoridades de la Legión sigan en sus cargos y no haya cambios contundentes.

El problema es que “los disidentes” desean llegar a la verdad y De Paolis prefiere “mirar al futuro”. Aunque los disidentes plantearan –por dar un ejemplo burdo- incorporar el amor libre en las Constituciones, el problema de fondo siempre sería otro: el deseo de esclarecer el pasado. Parafraseando al Evangelio, más fácil será que el amor libre sea incorporado a las Constituciones a que el pasado sea esclarecido. ¿Por qué?

¿Si se supiera la verdad, se produciría un desmadre mayor? ¿Eso es lo que se quiere evitar?

El problema de las masas

El tema es más complicado, pienso. Hay una cuestión histórica que podríamos denominar el “ascenso de las masas”. Sucede sobre todo en el siglo XIX y se prolonga hasta nuestros días. Este orden social es con el cual –me parece- la Iglesia no se lleva bien y al resistirse choca con él.

Las masas de un siglo atrás no son las masas de hoy. La alfabetización avanzó mucho y las posibilidades de información también. Tratar a las masas como a niños, no es tan fácil ahora.

En su momento, las masas ascendieron a través de la distribución de la tierra (a los campesinos, en tiempos de la Revolución Francesa) y la inmigración a las grandes ciudades. Desde hace unos años, hay un nuevo “ascenso de las masas” que se da a través de la “distribución de la información” a los ciudadanos. Esto es lo que estamos viviendo hoy todos. Internet, en una palabra.

La Revolución Francesa fue la respuesta a un Antiguo Régimen que se resistió a implementar cambios y reformas. Sin una gran resistencia, no habría habido revolución. Física básica de Newton: acción y reacción.

Hoy veo una situación semejante: sectores claves de la Iglesia se resisten a aceptar cambios sociales fundamentales. El Opus Dei no vio venir Internet como la Iglesia misma tampoco vio venir esta revolución de masas, de millones de personas cada vez más autónomas y pensantes. Para quien controlas las conciencias, como lo hace el Opus Dei, esto es el fin de su reinado.

Internamente, dentro de la Iglesia, pienso que se vive como si el Antiguo Régimen siguiera vigente. Y esto es un gran error. El Opus Dei mismo es una orden de caballería dentro de ese contexto. Pero a la Iglesia no creo que le interese que el Opus Dei se desmorone, como así tampoco los Legionarios. Por muchas razones, pero una importante es que forman parte “del reino”. Un reino sin territorio se debilita y no sobrevive. Esos “principados” están dentro de “las tierras” del reino.

En esta situación, se entiende que De Paolis critique el uso de internet –por parte de los “disidentes”- y haya reglamentado el control del acceso a internet para los legionarios, jóvenes y menos jóvenes. Es un fuerte acto de resistencia.

Lo curioso es que si alguien quiere apartarse del mundo, se marcha y listo, como los eremitas. Pero quedarse para “pelearse” con el mundo, eso es lo extraño (por no decir neurótico). Ahí es donde se necesitan “controles” y medidas artificiales. El ermitaño se va porque quiere y no necesita “que controlen” su acceso al mundo, porque se fue de ese lugar.

En pleno siglo XXI, esto implica una falta de perspectiva. ¿Acaso las empresas no controlan el uso de internet de sus empleados? Pero, ¿una orden religiosa es una empresa? Las empresas controlan productividad por razones económicas, no privacidad ni conciencias (si lo hicieran, serían demandadas). La comparación es desafortunada.

Pienso que lo que sucede es que la Iglesia se resiste a abandonar un contexto histórico y necesita por ello “recrearlo a la fuerza”. De ahí tantos problemas y fricciones. Como si la Iglesia no pudiera sobrevivir más allá del Antiguo Régimen en el que culturalmente vive.

Juan Pablo II ha sido tal vez un Luis XIV esplendoroso. Benedicto XVI no es amigo de las masas como lo era su predecesor. El problema será si vamos en camino de un Luis XVI en las próximas décadas.

Ha explotado una bomba con el caso Maciel y se necesitan medidas urgentes, extremas. Negarlo es empeorar las cosas. Las masas se van a rebelar, como decía Ortega y Gasset. Ya mismo se están rebelando, a través de Internet –como los panfletos que circulaban en la Revolución Francesa-, y la resistencia que opone De Paolis no es la mejor respuesta.

Si negamos los problemas del “Ancien Régime”, tarde o temprano va a llegar la Revolución Francesa dentro de la Iglesia: esto es, el caos y sobre todo la irrelevancia de la Iglesia misma.

Hay reformas que no se pueden dejar de hacer, si se quiere evitar revoluciones. Algunas personas esto no lo entienden y luego le echan la culpa a los revolucionarios.

¿Por qué los años en torno al Concilio Vaticano II fueron tan caóticos? Por las mismas razones. Había esperanzas de cambio y se frustraron. Había unas masas que no se entendían con sus líderes ni los líderes con sus masas. Y el problema no está nada resuelto.

El gran problema es que la Iglesia se vuelva insignificante, que es lo que está sucediendo en Irlanda, con todos los escándalos sexuales y su ocultamiento.

Es significativo que el Cardenal Ratzinger, actual Papa, hace ya años veía con cierto “pesimismo” el futuro y pensaba a la Iglesia como un grupo de minorías más que de mayorías. Más a favor de unas minorías bien consolidadas que de unas mayorías dispersas. Por eso no es raro que las medias que tome sean impopulares: no le interesa ser popular.

Un escenario posible

El caso de los Legionarios será un caso testigo fundamental: lo que suceda con ellos, lo mismo sucederá con el Opus Dei, casi seguro.

El mensaje dirigido a “los disidentes”, tranquilamente puede ser aplicado enteramente a Opuslibros.

“Si la congregación tiene necesidad de purificarse, de renovarse, esto puede y debe llegar a través de la conversión y la renovación de las personas individualmente.”

El problema, la bomba, fue Maciel y todo el encubrimiento que tuvo durante años, desde dentro del mismo Vaticano, como dejó saber Weigel. ¿Qué tiene que ver la conversión personal individual? Es el mismo recurso que aplica el Opus Dei frente a los problemas estructurales: los desvía hacia problemas personales.

Las declaraciones de De Paolis parecen responder a una decisión política de “cerrarse y fortalecerse” frente a los escándalos mundiales que se están dando dentro de la Iglesia, con la pederastia, con Maciel y en un futuro no muy lejano con el Opus Dei.

***

Viendo la experiencia, uno podría tranquilamente imagina el caso Opus Dei: frente a una situación dada (la que fuere, ya sean cartas, reclamos, un escándalo particular, etc.), la Iglesia procedería a revisar algunos aspectos de la praxis del Opus Dei.

Prácticamente no se cambiaría a nadie en la cúpula, se reconocerían ciertos “errores” del pasado y sobre todo se plantearía cómo encarar “el futuro”, haciendo algunas reformas a los estatutos o reglamentos y poco más.

Jamás de los jamases, un examen a fondo de las razones y magnitudes del daño causado por el Opus Dei: eso sería el pasado y por lo tanto la atención habría que ponerla en el futuro.

Jamás de los jamases hacer un examen sobre Escrivá y hacer públicos los fundamentos de su canonización. La canonización sería como “blindaje”. Pues gracias a ella, la verdad profunda en torno al Opus Dei ha quedado clausurada. No hasta dentro de quinientos años. Para siempre.

Si algo llega a suceder con el Opus Dei, este es un panorama bastante probable, visto lo que está sucediendo con los Legionarios. El pasado no será reconocido más que a la ligera y sobre todo se pondrá el acento en el futuro.

El problema de fondo no es el Opus Dei ni los Legionarios. Es el lugar que ocupa hoy la Iglesia y se resiste a abandonar. Esas resistencias producen todas las “fricciones” que hoy experimentan las masas, ya sean por abusos sexuales encubiertos, abusos institucionales, de autoridad, etc. que no han sido adecuadamente abordados.

Encarar a fondo esos problemas implica cambiar de lugar, situarse de otra manera. Y la Iglesia no está preparada aún para ello. Sigue pensando en un escenario donde las masas son campesinos analfabetos y esto es un gran error.

Recomiendo leer la nota del blog de Andrés Beltramo y el discurso completo del Cardenal De Paolis.

== FIN ==







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