Querido Merlín:

Estos días están llegando a Opuslibros tal cantidad de testimonios impactantes que estoy atónito. Está lo de NVLP, pero también está la historia de EBE que es alucinante, Chanoc, Teresa María y el tuyo. Lo que cuentas a mí me causa ansiedad, agobio, asfixia. Se va a aplicar aquí el dicho de que para aguantar a un “santo” hace falta otro santo. Es como una historia de terror, chico. Y pensar que las familias de supernumerarios me parecían tan… de foto, tan impecables. Cuanto más del opus más agobiante debía ser aquello. Es que, como en todo, hay graduación. Hay supernumerarios, como tus padres, que son como de libro de texto. Otros un poco menos, y algunos que, vamos, casi ni se les nota. No lo digo para defender el lado oscuro, indefendible casi por esencia, sino para que no pienses (o no lo piensen otros) que todos son así. Hay muchas familias de supernumerarios, a los que conozco bien, que no son así y que no han tratado así a sus hijos.

Este hecho no quita valor a tu testimonio, pues aunque fueras, que no lo eres, la única persona que ha recibido tal mal trato, por culpa del opus, ya sería más que suficiente, para descalificar esa intolerable intromisión en la intimidad de los hogares.

Me gustaría ser capaz de decirte algo que alivie ese dolor que muestras tan palpable. Creo que has hecho muy bien contándolo, eso ayuda. Y creo que, si la buscas de verdad, vas a encontrar la serenidad y la paz que todos necesitamos.  A mí me ha servido mucho pensar que yo elijo mis sentimientos. Ante un hecho yo puedo elegir entristecerme o enfurecerme o ignorarlo. No sé si esto te sirva a ti.

Con todo cariño, recibe un abrazo.

Dionisio