Queridísimo Merlín:

Hace poco escribiste que querías sacar todo, airearlo y volver a colocarlo con cuidado para no romper nada... ¡Por favor!, te suplico que saques todo de nuevo otra vez, lo observes a la luz del día, analices con mucha atención lo que hay y guardes únicamente lo que te provoca paz y alegría... lo que no, deshéchalo. De verdad que mereces ser feliz a pesar de todo lo que viviste. Por las cosas que nos has contado, tú ya formaste una familia... no permitas que tus padres te arruinen esta parte de tu vida, ni que se la arruinen a tus hijos. ¿Sabes?, estamos muy mal educados en eso de honrar a los padres. El que no los quieras cerca de ti, no es deshonrarlos de ninguna manera, es sólo ponerlos en el sitio al que pertenecen: fuera de tu vida, ahí han estado siempre y es en donde deben continuar porque ellos mismos lo eligieron. Así es que no sientas el más mínimo remordimiento por apartarlos de tu vida actual. Las personas tenemos lo que merecemos. Los padres amorosos, atentos, dedicados y simpáticos merecen ser retribuídos en su justa medida con hijos amorosos, atentos, dedicados y simpáticos... recuerda que uno cosecha lo que siembra. Sé con tus hijos como te hubiese gustado que tus padres lo hicieran contigo y trata sobre todo de ser feliz, que es, en última instancia, a lo que venimos a éste mundo: a aprender a ser felices.

Salypimienta