Quiero agradecer a Novaliolapena su magnífico relato que, aunque doloroso para él, debe estar abriendo los ojos a tantas y tantos, fuera y dentro de la obra. Si eso se hace a nivel del Prelado y de su séquito en Roma, se entiende muy bien que las comisiones/asesorías, delegaciones y consejos locales, utilicen el mismo procedimiento: echar la culpa a la persona y no rozar ni por asomo la posibilidad de que la Obra tenga algún fallo.
Aprovecho para preguntarle cuál es el papel, el trabajo, del Defensor. ¿Es el Defensor de los miembros? ¿Es el Defensor de la Obra? ¿Defiende a las dos secciones o la de mujeres tiene una Defensora?
Un abrazo,
María Luisa