Será interesante saber si el abogado numerario que firma la carta a Agustina –hace 40 años un brillante universitario solitario que aprendía a tocar la guitarra para su propio deleite-, también representará a la prelatura en la supuesta demanda contra todos los miles de ex que hemos contado en esta web y por todos los sitios habidos y por haber las mentiras del señor Escrivá y sus directores, y si sería capaz de defender al Opus Dei en otra demanda por manipulación y falsedad documental que tal vez se podría presentar, avalada por centenares de firmas, incluidas las de quienes, además, podrían añadir su testimonio personal por haber sido los encargados de ejecutar tales manipulaciones, como las de la revista 'Crónica'. Y otras, tan humillantes para quien las escribía, como la de ocultar que las cartas obligatorias al Padre no se enviaban al destinatario, sino que eran leídas y escudriñadas por los directores para conocer hasta los últimos rincones de los numerarios y agregados, numerarias y agregadas, y luego destruidas.

Sería una grave equivocación que la prelatura planteara esa demanda contra Agustina porque todos los medios de comunicación darían a conocer los documentos y sus curiosas sucesivas ediciones. ¿También les prohibiría a los fieles de la prelatura leer los periódicos para no enterarse de lo casquivana que es a quien consideraban una madre buena, y a demás mentirosa? Ese es el gran pecado del Opus Dei: la mentira. Y ya sabemos todos quién es el padre de la mentira.

Bastián.