El Armarito de Dirección.- kaiser
Fecha Monday, 04 July 2011
Tema 110. Aspectos jurídicos


Me cierran el armarito de dirección. Yo, que tan contento estaba porque ya no tenía que pedir la llave y perder los preciosos minutos que debía milimétricamente dedicar a mi lectura espiritual diaria.

Me cierran el armarito de dirección. Han puesto una notita, una copia de una carta de un abogado que dice que le han encargado sellarlo, para que nada se sepa otra vez; para que sople el Espíritu; pero sólo el Espíritu, ni una sola letra que lo amarre, al antojo de quien disponga.

Yo le digo a Agustina: oye, Gus; pero ¿todo, todo? Porque este señor dice que unos son propiedad intelectual de y otros son propiedad al parecer sólo especulativa de una sociedad anónima. ¿Dice cuáles? ¿Cómo puedes saber los que hay que retirar y los que no? ¿No se le puede pedir a este señor letrado que haga un poquito mejor su trabajo y diga exactamente de qué libros habla y, si efectivamente están registrados, indique su numeración y en qué registro se obtuvo?  Si no te da ese dato ¿dónde queda lo que ese señor conoce como seguridad jurídica? Además, a lo mejor están registrados aquí o en Italia, un suponer; pero no en Tombuctú o Pernambuco y, oye que me da que la web no es de este mundo, ni del otro demasiado tampoco, así que le echen un galgo.

Otrosí, digo, ¿no va a prevalecer el derecho a la información que tenemos como hijos de vecino contra los derechos de... (aquí cada cual ponga lo que quiera), que esgrimen otros cuyo cometido en este mundo dicen consiste en divulgar el mensaje evangélico y predicar a todas las gentes? Brillante forma de acabar su periplo apostólico, cegando las fuentes del saber que ellos mismos alumbraron.

Y una última cosa, ¿no habría una forma de tener un armarito virtual de acceso restringido, o sea, a todo el que pida el acceso o así, pero que ponga de manifiesto que no existe ningún ánimo de divulgación lucrativa indiscriminada, sino simplemente un modo de preservar tan delicadas obras de la "destrucción" y contribuir al alimento espiritual y moral de quienes ansiemos beber en las fuentes de la abundancia de tanto bien?

O, ya puestos, ¿a qué temperatura ardía el papel? Pues hacemos una hoguera virtual y le decimos al leguleyo que el que quiera cogerlos que se moje el culo.

Un abrazo fraterno

Kaiser (corresponsable de publicaciones internas y lo que haya menester).









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