El carisma del Opus Dei.- Lucas
Fecha Wednesday, 29 June 2011
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


EL CARISMA DEL OPUS DEI

Lucas, 29 de junio de 2011

 

Querida Vallelaencina:

 

Agradezco el bien que haces al exponer con sinceridad y claridad lo que piensas. Me maravilla todo lo que has sido capaz de entender estando dentro; sin duda se debe a lo que dices: Hablamos, y ¡vaya que si hablamos! Esta es la clave. Os doy la enhorabuena por utilizar la libertad de expresión y de comunicación, tan enriquecedora. Es muy importante que los que habéis desempeñado cargos de gobierno en el Opus Dei aportéis vuestras experiencias sobre los modos institucionales de actuación. No dejes de continuar tu relato, que es muy interesante. Y si puedes explicitar más lo de la falsificación histórica a la que haces referencia, sería estupendo, en especial si cuentas con nuevos datos respecto a lo ya aparecido en esta web...



Así que muchas gracias por tu artículo. No obstante quisiera dar mi opinión sobre esta afirmación tuya: Siempre he estado convencida de que el carisma del opus dei es bueno, y el mensaje bueno, pero el prelado y las directoras, en un afán talibánico de justificar lo injustificable, se lo han cargado: han construido una historia irreal a base de mentiras sobre mentiras que ya es insostenible […] Creo en el carisma, pero dejé de creer en la cúpula hace años. Si entiendes por carisma del opus dei la llamada universal a la santidad, o que todos pueden santificarse en su situación ordinaria, estamos de acuerdo. Pero este carisma no es propio del fundador del opus dei, sino que es doctrina común de la Iglesia, cuya importancia ha sido resaltada por muchos. No sólo Pedro Poveda tiene ese carisma con anterioridad a Escrivá, sino otros, como san Francisco de Sales. Precisamente, en el año 1923, el Papa Pío XI escribió una encíclica, con motivo del tercer centenario de san Francisco de Sales, que trata de este tema y usa unas expresiones que a los de la obra nos resultan familiares. El obispo de Zaragoza publicó esta encíclica en el Boletín de la diócesis pidiendo que todos los sacerdotes y seminaristas la leyesen. De ahí le pudieron venir las ideas al fundador. Aparte de esto, pienso que lo que santifica a alguien no es una determinada actividad, como el trabajo, sino, por el contrario: es la persona buena, que escucha a Dios y pone por obra su voluntad, la que santifica lo que hace, porque lo hace santamente. Por lo tanto, si a esto te refieres con la palabra carisma, estamos de acuerdo cuando afirmas: Creo en el carisma. Aunque los carismas de los fundadores, que son siempre modos particulares de espiritualidad y de servicio de los demás, no pueden consistir en el fin general de la Iglesia.

 

Pero yo no creo en el carismático fundador del opus dei. Me explico. No creo que el fundador recibiese de Dios una inspiración sobrenatural particular para fundar el opus dei, si a eso te refieres cuando hablas de carisma. Hay ya suficientes pruebas y evidencias para afirmarlo. Y lo digo porque no existe en el opus dei una verdadera espiritualidad, sino que todo es organizativo; ni una clara entidad espiritual (se vive como religiosos y se afirma con rotundidad que no se es religioso). El trastorno de personalidad de Escrivá explica su montaje “sobrenatural” y organizativo: su “ver todo” el opus dei en 1928, pero cambiando posteriormente, en los años 60, la “espiritualidad” de la obra porque le convenía a él personalmente, para lo que tuvo que mentir y alterar la historia. Lo que ha creado Escrivá es, de hecho, una simple organización humana con fines de poder y métodos opacos, en la que no cuenta para nada el bien de las personas de la institución, que son meros explotados, sino que todo funciona para mayor gloria del fundador y de su creatura institucional. Basta con leer las primeras constituciones −del año 41- para percatarse de que ahí no hay espiritualidad, sino, en el mejor de los casos, un deseo de crear un “reino de Dios” humano y a través del poder humano. De modo que, como resultado de todo ello, las praxis del opus dei más bien dificultan que facilitan la santificación personal, porque sustituyen a Dios por la voluntad de los directores y anulan la conciencia y autonomía personales.

 

Así pues, el problema del opus dei no es el prelado actual, que también lo es, sino su fundador y la praxis de funcionamiento que creó. Por eso estoy de acuerdo con EBE en que la obra va a necesitar una refundación.

 

En definitiva, como tú, yo no creo en la estructura de gobierno, pero tampoco creo en la espiritualidad del opus dei, ni en su fundación por inspiración divina, que es, como bien dices: Una historia irreal a base de mentiras sobre mentiras que ya es insostenible.

 

Continúa escribiendo, porque es muy interesante lo que dices.

 

Lucas







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