Sin menospreciar a los que, como yo, hemos sido numerarios "normales", sin cargos, el testimonio de gente que ha pertenecido a una comisión regional me parece mucho más enjundioso que lo que podríamos testimoniar los demás. Esto lo digo por lo que, con dosis más pequeñas que lo que nos gustaría, nos va desvelando novaliolapena, ya que gente como él tiene una información privilegiada que los sincargos no teníamos.

Pero a pesar de contar en estas páginas con un nuevo filón de conocimientos de primera mano sobre la quintaesencia institucional del opusdei, su aprovechamiento está condicionado por un reparo totalmente lógico y legítimo de contar lo mucho que sabe y, por lo que dice el pasado viernes, lo mucho que recuerda. El que no lo quiera contar por imperativo de su conciencia de no infringir el derecho de oficio merece todo el respeto por parte de sus curiosísimos lectores, pero sí me uno a Ebe en animar a Novaliolapena a dar a conocer de un modo genérico, sin descender a detalles, algunos de esos temas a que alude en la carta a Roma.

De todas formas, hay que darles tiempo al autor y a sus ávidos lectores. Novaliolapena se marchó de la organización hace un año, es decir, hace un tiempo relativamente corto. Hace falta mucho para desembarazarse de los condicionamientos psicológicos que se le impone a uno en el opusdei.

Querido Novaliolapena, muchas gracias por contar tu historia. Los nubarrones de la salida tardan en disiparse, pero con el tiempo se disipan si se mira hacia delante. Cuenta lo que quieras según tu criterio. Lo más importante es que tú estés tranquilo. Bastante sufriste aquellos años, como para agobiarte con matices de si cuentas o no cuentas como fue. Esto no es un tribunal. Eso sí, es muy interesante lo que dice Bilbo de poner en conocimiento de la Santa Sede lo que tú has vivido. Ahí sí que vendría bien anotar en privado esos recuerdos para usarlo después del modo oportuno.

Un abrazo muy fuerte para ti, Novaliolapena y para todos.

Chano
Chano.copreto@gmail.com