No sé por qué se extrañan algunos de que este amigo haya pitado de agregado sin saber qué es eso. Yo mismo, el dos de febrero de 1963 pité de numerario sin saber qué era ser numerario, qué era ser 'oblato' y qué era ser supernumerario. De hecho, el amigo que me trataba para pitar era oblato y estudiante de medicina, y al escribir la carta yo puse que quería ser como Fulanito de tal, pero la tuve que corregir y suprimir ese dato personal para poner simplemente que pedía la admisión como numerario. 

Al día siguiente, cuando asistí a mi primera tertulia como numerario, pregunté qué dónde estaba Fulanito de tal para que viniera a la tertulia, y me dijeron que 'ese' no iba a 'esas tertulias'. Yo no entendía nada. No podía comprender que quien me había hecho pitar no estuviera en la tertulia con los de casa... 

Así que no veo razón para la extrañeza. Ni antes ni ahora se explica a la gente a qué carajo se comprometen, ni qué supone la carta en la que se pide la admisión ni te explican nada de nada. Es una estafa en toda regla. Así pasa luego lo que pasa: que la gente despita al grito de maricón el último, con perdón por la expresión que ahora resulta políticamente incorrecta pero que en la España de los adolescentes que ahora ya somos de la tercera edad no molestaba a nadie.

Fulanito de tal hace años que dejó de ser oblato y no sé si alguna vez llegó a 'agregado'. Pero en el hospital donde ha trabajado durante toda su vida profesional hasta su reciente jubilación a los setenta años siempre ha sido "el del Opus". O sea, que la cosa imprime carácter entre tus colegas y no te quitas la marca ni con agua hirviendo.

Bastián.