Me escribe un importante hombre de la Iglesia, amigo personal de Benedicto XVI y próximo a él, del que no puedo decir su nombre ni cargo. Quiero compartir el siguiente párrafo:

“Lo más grave, lo gravísimo, son esas situaciones interiores relativas a la conciencia, libertad interior y diferencia de órdenes. Pero ya sabe V., que desde instancias de máxima autoridad en España todo eso ha sido, está siendo notificado al Vaticano, que el Papa lo sabe, que está tomando medidas y que la acción para reformar, por ejemplo los Legionarios, indirectamente va repercutir muy en beneficio de la sanación de otros grupos. Entretanto nosotros debemos mantener nuestra libertad personal, nuestra fidelidad a Dios, nuestra cooperación a cuanto de iluminador está llevando a cabo Benedicto XVI y a cuanto en nuestro lugar humano, profesional y eclesial es requerido de una vida cristiana tan lúcida y fiel como crítica.”

Agustina L. de los Mozos