Oye, agregado, una pregunta:

¿Tú has pitado o has soplado una gaita?

Porque yo no concibo a alguien que diga que ha pedido la admisión como agregado y no sepa lo que es.

Es demencial la cosa, vaya. Es como ir a una zapatería:

-Oiga, que quiero unos zapatos.

-Pues aquí tiene.

-Me los llevo, pero voy a preguntar por ahí si estos son efectivamente unos zapatos o unas espardeñas y qué diferencia hay.

Patético, ¿no? Y éso que lo único que va a meter ahí son los pies, y tú te has metido hasta las cejas. 

Mira, agregado, jurídicamente tu incorporación al Opus Dei es nula. Uno no puede decir que tiene vocación por lo que no conoce. Es como si te casas con una novia que tiene lo que no ha de tener una novia. Por eso la Iglesia, que es santa, no lo da por válido hasta que no es rato y consumato. 

Pues lo tuyo será todo lo consumato que quieras, pero de rato no tiene un pelo, porque nadie puede "ratificar" lo que admite desconocer.

Yo no te voy a explicar nada. Te podría hablar de la vida de familia, para la que los agregados tienen dispensa; pero alguien me saldrá con que también hay numerarios dispensados de eso y, al contrario, agregados que hacen vida de familia. Te hablaría del régimen económico, de entrega total para los numerarios y condicionado por la situación de familia de sangre en los agregados (razón por la que muchos auténticos numerarios de vocación no pueden serlo, es decir, absurdo, ridículo e interesado argumento baldío).

Alguien más caritativo que yo te citará los estatutos en latín y el sursum corda.

Yo, lo que te digo, es que tú, en puridad, más que de agregado, tienes trazas de soplagaitas, lo cual no es incompatible tampoco con el celibato, oye.

Kaiser