Estimados Orejas:

Espero que todos estén muy bien. Hace mucho que no escribía aqui, pero sigo leyendo la web. Felicitaciones.

Lo que menciona EBE en su "Diderot y un caso emblemático en el Cudes" entiendo que no fue tan así. Si bien tampoco estuve presente en ese momento tan amargo, recuerdo haber visto las huellas de los golpes de puño que el pobre niño pegó a las paredes mientras se ahogaba.

Estas huellas quedaron como recuerdo durante muchos años (no sé si actualmente las habrán borrado o no), con lo que presumo, que si éste andaba a los golpes de la desesperación, mal habría estado ofreciendo eso por el padre ni por nadie. Con esto no quiero quitarle mérito a nadie (y mucho menos al fallecido), ni al artículo de EBE con el cual coincido plenamente.

Grandes Abrazos

Gustavo