Sobre Alexia y un imposible cisma.- Supo
Fecha Monday, 30 May 2011
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


El viernes 27 contestaba Haenobardo a Antonio sobre la beatificación de Alexia y el escaso interés por parte del Opus Dei en que pudiera ser beatificada. Al respecto comentaré que un numerario (Jerónimo, crítico de cine) es el coproductor y guionista del documental que sobre Alexia se ha realizado en contestación a la visión que se ofrece en Camino de la niña. En una entrevista, habla maravillas de la niña y de sus virtudes. Pienso que este y otras muchas personas del Opus Dei no tendría inconveniente en que fuera beatificada. Pensemos que no llega a ser numeraria por dos razones: se muere antes de tener la edad adecuada, segundo porque está enferma y no la hubiesen aceptado, pero ella sí estuvo en la cripta de Escribá con sus padres, etc. Tampoco debemos exagerar sobre la exclusividad del concepto de santidad en medio del mundo como algo que celosamente quiere tener en exclusiva el Opus Dei.

Por otra parte, el mismo día 27 se habla de que están buscando una figura especial y que le huele a cisma. Es imposible hacer un cisma desde el Opus Dei, porque se quedarían sin el 80 por ciento de los supernumerarios. Muchos supernumerarios son católicos bien sencillos en el mundo y no entenderían bajo ningún concepto que con dos papas tan normales (Juan Pablo II y Benedicto XVI) hubiese que romper. Juan Pablo II les dio el traje que quería (se nos explicó por activa y por pasiva en noviembre de 1982) y Benedicto XVI es un papa que quiere centrar el cristianismo en lo importante: Amar a Cristo. Ahí están sus libros, que eran un proyecto que tenía para cuando falleciese Juan  Pablo II y al que no ha renunciado, a pesar de las dificultades, desde que es papa. Va por el segundo tomo y son realmente impresionantes (poco que ver con las clasecillas de teología que recibíamos en los cursos anuales).

En definitiva: si hacen un cisma se van muchos porque sería totalmente incomprensible. Gracias a los papas últimos, desde Juan XXIII, y al impulso del Vaticano II, la Iglesia está mostrando su mejor cara. Eso es una bendición. Es cierto que muchos pensamos que el Opus es muy poderoso y demás cuestiones, pero es porque lo hemos vivido.

Cuando uno sale de ese ambiente y puede vivir en otros ambientes eclesiásticos (como es mi caso) comprueba que la variedad de grupos y de formas de vivir el cristianismo es enorme y el Opus Dei es una gota de agua en un océano. He conocido a mucha gente (alguno de ellos religiosos) que no sabían nada de nada del Opus Dei, sólo que existían, pero nada de su mensaje, nada de sus supuestos mitos de poder, etc.

A veces pienso que es como el tema de la mili. Ahora no es obligatorio hacer el Servicio Militar (por suerte, aunque escuché a Felipe González decir que era una equivocación haberla suprimido), pero antes, cuando muchos universitarios acudían a la mili, descubrían que el mundo no estaba lleno de universitarios, sino precisamente de todo lo contrario: gente que no había hecho estudios superiores y que tenían sus trabajos. Eso nos puede pasar a todos: pensamos que toda la gente es como la que está a nuestro alrededor y como nosotros solemos juntarnos con los que son como nosotros (esta web en el fondo es un reflejo de eso y las nuevas tecnologías están potenciando esos vínculos relacionales) pensamos que todos son como nosotros. Aplicando esto al tema religioso, muchos ex numerarios acabamos pensando que la Iglesia casi es el Opus Dei y la variedad de grupos y sensibilidades y carismas es muy amplia.

Hace poco un joven seminarista, que será como mucho sacerdote agregado de la Santa Cruz, hablaba con un nuncio apostólico. Éste había conocido a Escribá. El joven seminarista le preguntó qué significaba haber conocido a Escribá, un santo, y bla bla, y qué bien que el nuncio hacía años hubiese podido hablar con un santo tan grande como Escribá. El nuncio en ningún momento tuvo una palabra de corroboración de lo que decía el joven seminarista. Me recordó al grandísimo san Pedro (ese si fue santo, caray, que hay que ver el papelón que tuvieron los 12 primeros y san Pablo) porque por tres veces el joven insistió en la santidad de Escribá y el nuncio por tres veces desvío la conversación con una elegancia y diplomacia propia de un experto diplomático, que es lo que es un nuncio.

En resumen: Alexia es una gota de agua, el Opus Dei es una gota de agua, la Iglesia es enorme, Dios es enorme, busquemos como amarle, nada más.

Supo









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