Ánimo Otaluto.- Ana Azanza
Fecha Monday, 16 May 2011
Tema 010. Testimonios


Otaluto,

 

sólo quería animarte a que nos contaras más en detalle porqué la revelación de que los directores consideraban que tú no ibas a perseverar era la pieza que te faltaba para encontrar sentido a muchas cosas.

 

Yo también descubrí tiempo después de mi salida de que si había estado casi veinte años en el Opus Dei no era porque Dios se había fijado en mí sino porque estaban esperando a que mi madre muriera y su dinero pasara íntegro a mí, perdón, a ellas. Supongo que si eso hubiera sucedido al día siguiente me habrían puesto de patitas en la calle. Mi vocación de numeraria desde la eternidad y superconvencida se habría ido por el desagüe en un abrir y cerrar de ojos.

 

A mí no me echaron, me fui. Es decir, que cuando empecé a despertar de mi largo sueño dogmático no tenían pensado echarme, mi madre todavía vivía y querían retenerme. Insisto en ello porque tú no lo haces, parece por las palabras de tu escrito que el Opus Dei sólo quería dejarte sin blanca, que claro que querían, pero no añades que les interesaba "tu dinero en tanto que dinero". Son las dos cosas.

 

Y lo de esa revelación que tuviste ya fuera por parte de otro "ex" los directores ya pensaban que te ibas a ir, él no te lo dijo nunca. ¿Veis cómo no nos podíamos fiar de nadie? tú agonizaste saliendo cuando los directores ya hacía un buen rato que "sabían" que te ibas a marchar. Me parece sádico.

 

Pero todo eso me lleva a pensar qué de sustos nos llevaríamos si pudiéramos tener acceso a las actas de delegaciones y asesorías y comisiones en que se habló específicamente de cada uno de nosotros cuando estábamos felices y contentos dentro. No sé si existen esas actas, pero debe de quedar algún tipo de constancia de lo que se ha hablado de nosotros. Tener acceso a esos datos nos abriría todavía más los ojos, sería como ver el revés del tapiz. Incluso pienso que si hay ex directores y ex directoras de alto rango que leyeran opuslibros, no parece que lo hagan, podrían revelarnos a cada uno, de reconocernos, cuál era la etiqueta o la fama que llevábamos dentro. O qué se dijo cuando nos fuimos. Algunos ya lo sabemos, pero oírlo directamente de quien lo dijo sería mejor.

 

Yo también me llevé como tú mazazo tras mazazo al salir, cada vez que iba atando cabos. Muchos de esos cabos los he podido atar leyendo esta web. Por eso, porque sé que es beneficioso para uno mismo y para los que leen me he permitido animarte a que si tú quieres y te da la gana, nos cuentes más.

 

Ana Azanza









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