Saludos a todos; aun cuando no escribo regularmente, sigo la página de manera constante.

Quiero compartir a manera de anécdota lo siguiente, vivido durante mis años en el Opus Dei.

Llamó mi atención en aquellos años, un pasaje del Nuevo Testamento, justo el que da título a este escrito (Lc 5, 33-39). En su momento, cómo era indicado, lo llevé a mi oración personal para considerarlo en la presencia de Dios; sin embargo, no conseguí clarificar ese pasaje, entender cual era el significado espiritual, a qué se refería Jesucristo al hablar de no remendar lo nuevo con lo viejo y de no guardar lo viejo en lo nuevo. Debo decir que inclusive revisé alguna referencia que profundizara al respecto en las publicaciones internas; no encontré nada.

Acudi entonces a mi directora, que era con quien realizaba la confidencia, (sabiendo que ella era el canal por medio del cual me llegaba la voluntad de Dios); cual fué mi sorpresa, ella tampoco supo darme luces al respecto; su única recomendación fué seguirlo considerando en la oración.

Por último, acudí al sacerdote del centro, esperando que el, sin lugar a dudas, me ayudaría. Pues tampoco supo darme una respuesta del todo satisfactoria; me dijo algo así como que ese pasaje hacia referencia a la renovación espiritual y que lo siguiera llevando en mi oración.

En fin, que me quedé con la duda, y simplemente lo ofrecí en su momento a Dios, sabiendo que la inteligencia es limitada y el sabría en qué momento me haria entender.

Finalmente, ese entender, se dió hace unos días. Entendí que para relacionarnos mejor con Dios se necesita ir evolucionando de manera personal, ser resilentes, contar con la inteligencia interna de saber que conceptos van siendo obsoletos en nuestro desarrollo interno y saber despegarnos de aquello que nos ancla al pasado, ya sea a una persona, situación o cosa. No podremos enfrentar una vida nueva, con parametros viejos.

Considero que cada uno de los que hemos tenido la experiencia del Opus Dei en nuestras vidas, debemos pasar por el Nuevo Testamento y parar en este pasaje. Nuestro Señor, siempre tiene las respuestas a las preguntas que le hacemos desde nuestro corazón.

Un abrazo a todos

Suedith