En el libro de Benedicto XVI Jesús de Nazaret, p. 107 de la edición española, puede leerse lo siguiente sobre San Francisco de Asís: "Francisco no tenía intención de fundar ninguna orden religiosa, sino simplemente reunir de nuevo al pueblo de Dios para escuchar la Palabra sin que los comentarios eruditos quitaran rigor a la llamada. No obstante, con la fundación de la Tercera Orden aceptó luego la distinción entre compromiso radical y la necesidad de vivir en el mundo. Tercera Orden significa aceptar en humildad la propia tarea de la profesión secular y sus exigencias, allí donde cada uno se encuentre, pero aspirando al mismo tiempo a la más íntima unión con Cristo, como la que el santo de Asís alcanzó".

¡Vaya! Otro santo más que siglos antes ya hacía un llamamiento a los cristianos corrientes a vivir en medio del mundo -de la profesión secular y sus exigencias, allí donde cada uno se encuentre- y amar a Cristo -aspirando al mismo tiempo a la más íntima unión con Cristo-.

Esto está escrito por uno de los principales teólogos actuales, Joseph Ratzinger, cuyo libro Informe sobre la fe era libro de cabecera a finales de los 80 en los centros de la Obra.

Son muchos los santos que llamaron a la santidad en medio del mundo. El primero, Jesús de Nazaret: "Sed perfectos como vuetro padre celestial es perfecto".

Supo