He aquí los verdaderos mandamientos del opus dei:
1. Amarás a San Josemaría sobre todas las cosas.
Desde que alguien pide la admisión al opus dei, la formación inculcada es en su mayor parte sobre el espíritu de la obra y muy escasa sobre doctrina católica. Además, la poca doctrina católica enseñada está manipulada y al servicio del espíritu de la obra.
En una convivencia del opus dei la inmensa mayoría de las charlas son sobre la obra y san Josemaría; y una minoría sobre Jesucristo.
2. Tomarás el nombre de Dios en vano.
Se utiliza el nombre de Dios para manipular y amedrentar conciencias, y someterlas a los intereses espurios de la institución...
3. Santificarás las fiestas.
Este sí que lo cumplen.
4. Deshonrarás a tu padre y a tu madre.
Una vez que entras en el opus dei, verán como algo negativo que te sientas apegado a tus padres, te dirán que les mientas, que no te preocupes por ellos, que no los visites, ni siquiera en caso de enfermedad.
5. ¿Matarás?
¿Cuántos numerarios y supernumerarios habrán muerto de infarto o de enfermedades crónicas desarrolladas como consecuencia de una vida inhumana llena de estrés estéril, por no hablar de los que se hayan suicidado?
6. No cometerás actos impuros.
Este lo cumplen.
7. Robarás.
Conseguir dinero coaccionando en el nombre de Dios: cuotas mensuales, salarios, herencias, por no hablar de robo al Estado en impuestos y cotizaciones sociales.
8. Dirás falso testimonio y mentirás.
Mentir a los padres, a los candidatos a entrar en la obra, a los miembros de la obra, a la hacienda pública, en las campañas de marketing, en las películas, lo que haga falta por la causa.
Cuando me ofrecieron ser supernumerario, le pregunté al director a qué me comprometía: me contestó que simplemente a rezar más, a un plan de vida, a ir a retiros y convivencias, a hacer apostolado personal; no me dijo nada de la obediencia ciega ni de los encargos apostólicos.
9. Fomentarás pensamientos y deseos impuros.
Si te dicen que no mires a las mujeres con las que te cruces por la calle, ya están presuponiendo y fomentando un pensamiento impuro. En lugar de ver a una mujer como una hija de Dios, la consideran un objeto de tentación y presuponen una lujuria en el pensamiento.
Lo que entra por los ojos no contamina al hombre, pero del corazón salen los malos pensamientos.
10. Codiciarás los bienes ajenos.
Dinero, salarios, herencias, ropa, muebles, libros, lo que sea.
La obra como institución incumple ocho de los diez mandamientos.
Sin embargo, Cristo, el hijo de Dios, dijo:
Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Y cita los preceptos que se refieren al amor del prójimo: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.
Jesús resume estos mandamientos de una manera positiva: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt 19, 16-19).
A esta primera respuesta se añade una segunda: Si quieres ser perfecto, vete, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme (Mt 19, 21).
Cristo nos dijo que para salvarnos, primero tenemos que cumplir los mandamientos. En la obra como institución se incumplen ocho de los diez mandamientos. ¿No les da miedo condenarse? Si tuvieran verdadera fe, tendrían miedo de condenarse. A mí me dio miedo, y por eso me salí de esa institución.
Después Cristo nos dice que para ser santos demos nuestro dinero directamente a los pobres. No dice que se lo demos a ninguna institución, ni a los apóstoles, ni siquiera dice que se lo demos a él que es el hijo de Dios. Dice claramente que se lo demos directamente a los más necesitados.
Este es un mensaje para todos aquellos que aun seguís dentro del opus dei: si queréis salvar vuestra alma, saliros de la obra, porque allí dentro, como estructura de pecado que es, no os van a dejar cumplir los mandamientos. No deis vuestro dinero ni vuestros salarios al opus dei que es una organización multimillonaria; dádselo directamente a los más necesitados. Luchad por cumplir los mandamientos con honradez, sin doblez y os inundará la verdadera alegría, la alegría de Cristo.
En la obra no se cumplen los mandamientos, se cumplen los mandoymientos, se busca tan solo mandar y mentir. El único fin de la institución es sencillamente la voluntad de poder.
Para terminar, me gustaría decir a los dirigentes del opus dei lo que dijo Cristo a los fariseos:
¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por causa de vuestra tradición?
Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente.
Pero vosotros decís que cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado es mi ofrenda a Dios,” no debe honrar a su padre. Así habéis invalidado la palabra de Dios por causa de vuestra tradición.
¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros diciendo:
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
Y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos de hombres.
Simple-mente
