Quisiera manifestar mi alegría por la iniciativa de Mariki de retomar el hilo de su vida, en tiempos extraviada, como la de tantos de nosotros, entre falacias, verdades a medias y promesas vacías.
Mariki nos ha de llevar de su mano, dulce y luminosamente, a descubrir dónde se perdió el hilo vital que nos era propio y, a buen seguro, nos hará con ello más fácil una tarea de reconstrucción que hasta ahora se nos antoja infinitamente inacabada.
¡Felicidades y gracias, Mariki!
Kaiser